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POLITICA

16 de diciembre de 2024

Molestos por la expulsión de Edgardo Kueider, los libertarios prometen venganza

La expulsión de Edgardo Kueider del Senado fue un golpe para el oficialismo y un triunfo para Cristina Kirchner que, con la salida del exsenador entrerriano, ganaría una banca para La Cámpora.

La decisión del Senado de la Nación de expulsar al ahora exsenador Edgardo Kueider generó un gran malestar en el Gobierno de Javier Milei, ya que se trata de un golpe para el oficialismo y un triunfo para Cristina Kirchner que, con la salida del ahora exsenador entrerriano, ganaría una banca para la agrupación La Cámpora.

Es tal el malestar del Gobierno por el desenlace de la ríspida sesión del jueves pasado que, desde las usinas libertarias, advierten que irán a fondo para evitar que Kueider sea desplazado y amenazan con iniciar una razia contra aquellos legisladores con causas judiciales abiertas.

Kueider, quien fue desplazado por inhabilidad moral sobreviniente al ser detenido en Paraguay cuando intentaba ingresar con más de US$200.000 en efectivo sin declarar, ingresó como senador de la mano de Alberto Fernández y Cristina Kirchner; sin embargo, tras la asunción de Javier Milei rápidamente viró hacia las filas libertarias y entregó su voto en leyes claves (como la Ley Bases) a cambio de cargos políticos en el Senado y en su provincia. Los kirchneristas no se lo perdonaron y fue así como aprovecharon su mal paso por la aduana de Paraguay para pasarle factura por su traición.

En el Gobierno y, particularmente en el círculo que rodea a Santiago Caputo –quien apadrinó a Kueider en su viraje al oficialismo- el malestar es indisimulable. No solo con el kirchnerismo sino, sobre todo, con los senadores de Pro y de la UCR que, a último momento, decidieron cambiar de postura y, en lugar de votar por la suspensión del senador –una estrategia que les permitía retener la banca y no entregársela al kirchnerismo-, se pronunciaron por la expulsión.

En rigor, el viraje de los dialoguistas no fue caprichoso. Poco antes del inicio de la sesión, la jueza Sandra Arroyo Salgado, que indaga en el patrimonio de Kueider, pidió que se le quiten los fueros parlamentarios y que la Justicia paraguaya lo extradite para su posterior detención. Ese movimiento de la jueza federal de San Isidro modificó las negociaciones y en el bloque de Pro y la UCR temieron quedar socialmente expuestos si no facilitaban la expulsión de Kueider. Las cartas ya estaban echadas.

La expulsión de Kueider es un triunfo para Cristina Kirchner y La Cámpora.

Sin los votos suficientes para sostener la suspensión, los senadores libertarios se vieron obligados, a regañadientes, a votar por la sanción mayor; de lo contrario, iban a quedar ante la opinión pública como los protectores del senador entrerriano. Estaban en una encerrona y cayeron en la trampa que les había tendido el kirchnerismo. Sin embargo, el oficialismo no va a dar el brazo a torcer y, ahora, intentará impedir que asuma Stefanía Cora, militante de La Cámpora. Los laderos de Milei se muestran dispuestos a echar mano de todas las herramientas para evitar que la camporista ocupe la banca de Kueider, aún exponiendo a Victoria Villarruel, a quien consideran afuera de las filas oficialistas.

La estrategia comenzó a esbozarse anoche cuando, desde el Gobierno, se hizo trascender la sesión del jueves en la que se votó la expulsión del entrerriano podría declararse nula porque Javier Milei se encontraba en vuelo a Italia cuando Victoria Villarruel presidía el cuerpo y ella debería haber suplantado al jefe de Estado en la presidencia. Es probable que Kueider y sus abogados apelen a esta “anomalía” para reclamar, ante la Justicia, que se dé marcha atrás con la expulsión.

En paralelo, los acólitos de Milei y de Caputo prometen venganza. “Las Fuerzas del Cielo”, el brazo armado de Milei en el campo de batalla digital, publicó un flyer con un listado de 28 senadores opositores que deberían ser “destituidos” por tener causas judiciales abiertas. La idea de contraatacar por el caso Kueider apuntando contra todos los legisladores bajo pesquisa venía pergeñándose desde hace varios días. Se habló de pedir una sesión especial para tratar todos los casos, pero por ahora el asunto quedó solo en el plano declamativo.

Lo cierto es que, mientras la economía le da excelentes noticias al Gobierno, en el plano político los caciques oficialistas pisan con pies de barro. La fallida sesión para tratar el proyecto de “ficha limpia” –que le valió a los libertarios la sospecha de un acuerdo tácito con el kirchnerismo- y el fracaso para retener la banca de Kueider dan muestra de ello. Ahora el oficialismo cerrará el Congreso hasta marzo: no quiere más problemas.

Fuente:Aire de Santa Fe

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