OPINIÓN
29 de noviembre de 2024
Ficha limpia: un antes y un después en la credibilidad democrática
La Cámara de Diputados vuelve a reunirse con el objetivo de avanzar en el tratamiento de un proyecto que se escucha desde hace mucho en Argentina: la ficha limpia. Este debate es solicitado por el PRO, el radicalismo y la Coalición Cívica, quienes intentan conseguir el quórum que no lograron la semana pasada. En esa ocasión, se alcanzaron 128 diputados, quedando a uno de lograr el quórum necesario.
Actualmente, solo se puede impedir la postulación a un cargo electivo cuando la sentencia está firme, es decir, cuando no quedan recursos pendientes de resolución en la Constitución, lo que se conoce como cosas juzgadas. Esto significa que solo se puede impedir la postulación de una persona a un cargo electivo cuando hay una condena firme que ha pasado por todas las instancias judiciales hasta la corte.
El cambio que se propone con la ficha limpia es impedir las candidaturas de las personas con condenas confirmadas en segunda instancia por la Cámara de Casación. Un ejemplo claro es el de Cristina Fernández de Kirchner, cuya condena de seis años en la causa Vialidad ha sido confirmada por la Cámara Federal. Con la legislación actual, no se puede impedir a Cristina ser candidata. Sin embargo, si se aprueba la ficha limpia, la expresidenta no podrá postularse.
La pregunta que queda en el aire es si estarán los votos hoy para aprobar esta ley. Se menciona una jugada del Gobierno para evitar la aprobación, lo que permitiría que Cristina se presente como candidata y confronte en las elecciones del año que viene. Todo esto se verá hoy con lo que ocurra en Diputados.
Más allá de la figura de Cristina y de las acusaciones de proscripción que ella y sus seguidores plantean, surge una cuestión importante: ¿Está bien que alguien condenado en segunda instancia pueda ser candidato? ¿Es correcto que la política mantenga excepciones que no se permiten en otras actividades? Si uno se encuentra en una peluquería o en una carnicería, ¿elegiría a una persona condenada en segunda instancia como empleado? Es fundamental cuestionar por qué en la política hay reglas diferentes a las de la vida cotidiana.
Fuente:Cadena3
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