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10 de julio de 2017

Hospitales de Santa Fe: El 70% de los atendidos por violencia son mujeres

Así lo indica una investigación de la Dirección de Información para la gestión del Ministerio de Salud provincial. El trabajo destaca que la demanda de atención empieza a crecer desde edades muy tempranas: entre los diez y los catorce años.

Según una investigación de la Dirección de Información para la gestión del Ministerio de Salud provincial, el 70 por ciento de las personas atendidas en los consultorios de centros de salud públicos por situaciones de violencia fueron mujeres. Y destaca que la demanda de atención empieza a crecer desde edades muy tempranas: entre los diez y los catorce años. El informe se denomina "Atención ambulatoria relacionada a violencia en la red pública de salud de Santa Fe" y analiza las consultas ambulatorias realizadas en centros de salud y hospitales, tanto de gestión provincial como municipal, informatizadas bajo tres códigos que describen situaciones de violencia: circunstancias psicosociales relacionadas con violencias, negligencia y abusos, agresiones y signos y síntomas de violencia física. Entre enero y diciembre del año pasado, en hospitales y centros de salud de toda la provincia se concretaron unas 9 millones de atenciones ambulatorias, es decir que no requirieron internación. De ellas, 9.250 quedaron asentadas bajo alguno de los códigos que advierten sobre situaciones de violencia. Entre todas estas consultas, 7.045 fueron de mujeres. Si se posa la vista en los motivos de atención, las comparaciones por género resultan abrumadoras. De acuerdo al trabajo, hubo cinco veces más niñas abusadas sexualmente dentro de la familia que niños; cuatro veces más casos de mujeres víctimas de problemas en la relación entre esposos o pareja y tres veces más casos de abuso de niñas por personas ajenas a la familia. Según destaca el informe, claramente, el motivo de la consulta varía con el sexo. "En las mujeres, los diagnósticos predominantes corresponden a circunstancias psicosociales relacionadas con violencia, negligencias y abusos y signos y síntomas de violencia física. En cambio, entre los varones predominan las consultas relacionadas con agresiones", señala el trabajo. Las organizaciones de mujeres advierten insistentemente sobre la dispersión y parcialidad que tienen los datos estadísticos sobre violencia de género. Recién a principios de este año, la provincia puso en marcha el Registro Unico de Violencia contra las Mujeres (Ruvim) que permite cruzar datos entre las denuncias realizadas en la comisaría, los municipios, la Defensoría del Pueblo, el Ministerio Público de la Acusación y las situaciones advertidas en los efectores de salud (ver aparte). No obstante, aún el subregistro es importante. Si bien en los últimos años crecieron las denuncias judiciales, se considera que todavía son muchas las mujeres que por desconocimiento u otros motivos no piden ayuda. Y, en los centros de salud, las situaciones de violencia generalmente se evidencian en una segunda o tercera consulta, por lo cual en los primeros diagnósticos se dejan asentadas sus consecuencias: heridas, quemaduras o traumatismos. En el informe de la Dirección provincial de Información para la Gestión se destaca "la capacidad de la red pública de salud para otorgar estatuto de problema de salud pública a la violencia". Sin embargo, continúa, "se deberían promover modos de registro con menor variabilidad en los códigos, lo que haría posible realizar lecturas más ajustadas de ciertos tipos y mecanismos de violencias, como por ejemplo la violencia de género, hacia niños y jóvenes o entre pares". Según pasan los años Las estadísticas reflejan claramente dos situaciones: por un lado el predominio de atenciones en mujeres víctimas de distintos tipos de violencia y, por otro, el aumento progresivo de los casos desde edades muy tempranas de la niñez. Si bien el sistema de información de la salud provincial registra consultas por situaciones relacionadas con violencia entre personas de todas las edades, las atenciones muestran un aumento progresivo desde edades tempranas para alcanzar el pico sobre los 30 años. Después, a más edad, la curva comienza a descender. Las consecuencias de agresiones, malos tratos y abusos se exhiben a edad más temprana en el caso de los varones: entre los cinco y los nueve años, las atenciones duplicaron a las demandadas entre los 0 y 4 años. Para las niñas ese salto cuantitativo se registra en la etapa comprendida entre los 10 a 14 años. Después, la demanda de atención de los varones empieza a descender hasta llegar al grupo de mayores de 45 por debajo de las cien. Lo que quizás indique una resistencia a llegar al sistema de salud. En el caso de las mujeres, la curva de demanda muestra un leve descenso en el rango de 15 a 19 años, para volver a crecer hasta los 34 años. Y recién después de los 59 años se instaló por debajo de las cien consultas. "Hay muchas situaciones que no se denuncian" La subsecretaria de Políticas de Género de la provincia, Gabriela Sosa, advirtió que aún hay "una alta cantidad" de situaciones de violencia hacia las mujeres que no se denuncian ya sea por desconocimiento de los derechos que asisten a las mujeres o por desconfianza hacia el Estado. Ese primer dato surgió de un diagnóstico cualitativo trazado en distintas reuniones regionales de las cuales participaron representantes del Poder Judicial, Defensoría del Pueblo, municipios y organizaciones de mujeres que se desarrolló durante todo el año pasado con el objetivo de construir un registro estadístico único de situaciones de violencia hacia las mujeres. Pero la ausencia de denuncias no es el único dato que permitió visibilizar estas mesas de diálogo. Las mujeres que sí solicitaron ayuda tuvieron que transitar por varias instituciones hasta poder obtener una respuesta. "Hay dos grandes problemas", señaló la funcionaria. "Por un lado está el nivel de afianzamiento que tienen los estereotipos tradicionales de género y las relaciones entendidas como naturalmente desiguales entre varones y mujeres, sobre todo en aquellos lugares donde hay menos organizaciones y menos debate sobre el tema en los medios de comunicación. El otro tiene que ver con las dificultades fuertes en el acceso a la Justicia, que van desde la toma de la denuncia hasta la sanción al agresor y la restitución de derechos a las mujeres", sostuvo y recordó que un estudio de la Defensoría de Pueblo demostró que "el promedio de recorrido institucional de las mujeres incluye pasar por entre 7 y 9 lugares hasta encontrar alguno que le dé una respuesta". El registro Con estas observaciones, en febrero pasado se puso en marcha el Registro Unico de Violencia contra las Mujeres (Ruvim), al que aportarán datos las comisarías de la mujer, el Ministerio Público de la Acusación, la Defensoría del Pueblo, pero también el Ministerio de Salud y las organizaciones de mujeres con el objetivo de poder establecer un diagnóstico sobre las dinámicas de la violencia de género. A través del registro se podrá acceder no sólo a la cantidad de mujeres mayores de 14 años que han padecido violencia sino a la cantidad de situaciones de violencia a las que han estado expuestas y qué características tienen las víctimas, entre otras cosas. Fuente: La Capital

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