POLITICA
2 de mayo de 2022
El Frente de Todos y Juntos por el Cambio intentan sortear sus turbulencias internas

En el oficialismo arrecia el fuego amigo contra el ministro de Economía Martín Guzmán, a quien el presidente sostiene a capa y espada. En la coalición opositora, el "factor Milei" dejó a Patricia Bullrich en incómoda soledad.
Las dos coaliciones mayoritarias, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, afrontaron una semana cargada de turbulencias y todo parece anticipar que, de continuar los chispazos internos, el mapa político electoral tal como hoy lo conocemos podría reconfigurarse con vistas a las elecciones de 2023.
En el Frente de Todos, el presidente Alberto Fernández viene soportando una seguidilla de ataques de la escuadra kirchnerista contra el ministro de Economía Martín Guzmán. La andanada de críticas fue incesante: Andrés Larroque, Juliana Di Tullio, Sergio Berni, Teresa García, Cecilia Moreau y el bancario Sergio Palazzo, todos fieles a la vicepresidenta Cristina Kirchner, apuntaron durante toda la semana con sus críticas contra Guzmán, quien solo se sostiene gracias al respaldo del presidente Alberto Fernández. La Casa Rosada está perpleja: esa ofensiva no tiene retorno y es difícil pensar en 2023 con el Frente de Todos unificado.
En los círculos cercanos a la vicepresidenta anticipan que recrudecerán la embestida dentro de 15 días, cuando el Indec dé a conocer el índice de inflación de abril; según trascendió, se mantendría en los mismos niveles que el de marzo, de por sí muy elevada: 6,7%. De ser así, podría ser la propia Cristina Kirchner la que, sin vueltas, reclame la cabeza del ministro.
Si bien la crisis interna dentro del oficialismo parece no tener visos de solución, el kirchnerismo insiste en que no abandonará el Gobierno. Se entiende: La Cámpora controla el 70% del presupuesto nacional con el manejo de la Anses, el PAMI y las estratégicas áreas de energía dentro del Ministerio de Economía.
El presidente Fernández tampoco promoverá la ruptura, consciente de que, débil como se encuentra su figura, el kirchnerismo podría darle el zarpazo final a su gestión. Tampoco entregará la cabeza del ministro Guzmán pues el Fondo Monetario Internacional (FMI) lo ha puesto como garante del cumplimiento del acuerdo por la refinanciación de la deuda.
El oficialismo no es el único que está en problemas. El “factor Milei” provocó esta semana un fuerte sacudón en las filas de Juntos por el Cambio: la presidenta de PRO, Patricia Bullrich, pateó el tablero al cuestionar públicamente el veto de la coalición opositora al diputado libertario. Sus socios quedaron boquiabiertos ante la reacción de Bullrich, quien 24 horas antes había validado un comunicado en el que Juntos por el Cambio vetaba el ingreso del economista y lo responsabilizaba de intentar dividir al frente opositor. Al día siguiente la jefa de PRO señaló que fue un error.
Quedó en soledad: la UCR, la Coalición Cívica, Horacio Rodríguez Larreta, Mauricio Macri y Miguel Pichetto se mantuvieron en su postura de no invitarlo a la coalición. Entre ellos hay fuerte malestar hacia Bullrich por sus acercamientos con el líder libertario. La líder de PRO contragolpea: el crecimiento de Milei en las encuestas amenaza la unidad del electorado opositor al Gobierno, lo que beneficiaría al Frente de Todos, si logra mantenerse cohesionado, algo que por ahora parece incierto.
Macri también mantuvo varias conversaciones con Milei y, si bien coincide con algunos de sus postulados, no está convencido de su aporte a la coalición opositora. El expresidente coquetea con su candidatura presidencial al tiempo que juega a dos puntas entre Bullrich y Rodríguez Larreta, ya lanzados a la compulsa presidencial. Macri no descarta jugar su propio “segundo tiempo”: eso lo dirán las encuestas conforme avance el calendario electoral.
Fuente:Aire de Santa Fe

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