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8 de marzo de 2022

El conflicto bélico y los nuevos planteos agrícolas que se vienen

La guerra entre Rusia y Ucrania impacta de lleno en el comercio agropecuario. Cómo quedan el trigo, el girasol y los fertilizantes

Un aumento sostenido de los insumos y combustibles, junto a los inconvenientes por la producción del trigo y girasol de las regiones rusas y ucranianas son una bomba de tiempo para los planteos agrícolas que se vienen. Ni hablar si se tiene en cuenta que Rusia aporta el 13 % en el mercado mundial de fertilizantes.

El análisis de la guerra y lo que se viene no es tan alentador como creen algunos actores del sector agropecuario argentino, quienes consideraban que, tras la pandemia, se iba a dar una paulatina recuperación de los tiempos perdidos por el conflicto sanitario que tuvo en jaque a todo el planeta.

Esta semana, se fue profundizando por la importancia de la región circundante al Mar de Azov, que comunica los puertos del Mar Negro. Se pudo ver como la mayoría de sus actividades han sido suspendidas por la guerra.

Tampoco fue casual, el análisis de los suministros, el gas, petróleo y la posible intervención de los mercados agrícolas por parte de la Unión Europea (UE), previendo el desorden que puede dejar las posguerra. “Hay preocupación en los bloques, su continuidad y los posibles cambios en infraestructuras de comunicación, desarrollo y abastecimiento de la mayoría de los países”.

La afirmación de parte de varios analistas, que vienen siguiendo el movimiento de los mercados y los valores récord en sus cotizaciones. En principio, la soja viene de un incremento en su valor cercano a los u$s 100 por tonelada en menos de un año y el trigo acaba de batir todos los guarismos superando los máximos de los últimos 14 años.

“Es probable que el aumento de los combustibles afecte al comercio internacional, ya que los conflictos bélicos siempre han recaído en cuestiones de estas características. Otro punto se puede dar en los seguros, que ya se encuentran en alza porque las compañías tienen temor con respecto a lo que pasará con el flujo de las mercancías”, aseguró el experto en política internacional Cristian Riom.

Este analista no duda en pensar que el precio de los commodities seguirán en aumento y es probable que una situación similar se de en la producción vacuna. Sin embrago, reconoce que la fluctuación tendrá que ver con el tipo de conflicto y cuánto se extenderá su desarrollo. “En el corto plazo Argentina se puede ver favorecida, aunque al mediano o largo plazo con el aumento sostenido de los insumos la situación será de una nueva crisis”, dijo.

La cuenca del Mar Negro es el epicentro del mercado mundial de girasol, significa el 60 % del comercio de esta oleaginosa, cerca del 80 % de comercio mundial de aceite. Ucrania es el mayor exportador de aceite de girasol del mundo. Esta nación es un capítulo aparte en el conflicto entre EEUU y Rusia que lleva décadas y se remonta al momento de la desintegración de la Unión Soviética en 1991.

Es decir, en esta guerra estratégica y comercial, la organización bélica (Otán) creada en 1949 para enfrentar a los rusos y el bloque comunista, no desapareció después de cumplir con este primer objetivo. “En resumen, para Rusia esto es una amenaza, una señal de alerta en la cornisa de su frontera”, reconoció Cristian Riom, asociando gran parte de esta historia con el campo, el desarrollo productivo y la importancia comercial y logística de la zona.

“Volvemos al principio o quizás retrocedemos. El mundo continuará con relaciones tensas entre EE.UU., Rusia y China; este último un país que, por ahora, se perfila como expectante”, reconoció Riom, bregando por la continuidad de una disputa pacífica.

Distribución de los recursos

Al cierre, este analista observó la nueva distribución de los recursos de muchas naciones. “Se esperaba que después de la pandemia el tema fuerte a abordar sería la sustentabilidad de los procesos y el cambio climático, pero es posible que eso cambie, salvo que haya un paraguas en este tema”, resumió y ejemplificó diciendo que gran parte del presupuesto de muchas naciones será redireccionado a la seguridad.

Preocupa un posible abandono de los esquemas productivos sustentables. “Se están destinando miles de millones de dólares a la industria armamentística y ya hay un justificativo para que cerca de u$s 6.000 millones de muchos países de Europa dejen de ir a la protección del planeta, las energías verdes, la agricultura sustentable y pasen al fortalecimiento militar y de los ejércitos. Hay una nueva prioridad que desvirtúa los protocolos y muestra una realidad inmediata y diferente”, subrayó.

Fuente:Agro Clave

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