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ENTREVISTA

9 de agosto de 2021

"Santa Fe no merece ser rehén de la interna del gobierno de Perotti"

Clara García | Bío | Nació en Rosario el 6 de mayo de 1960. Exsecretaria de Producción y Desarrollo local de la Municipalidad. Exconcejal y actual diputada provincial del Frente Progresista. Precandidata a senadora.

“Santa Fe no merece ser rehén de la interna del gobierno de (Omar) Perotti; ya no será difícil la interna, será difícil el gobierno”, dice la diputada provincial Clara García, precandidata a senadora nacional por el Frente Amplio Progresista. Con un discurso firme, García se para sobre su larga militancia política y revela: “No hay mayor orgullo para mí que haber sido la compañera incondicional de Miguel Lifschitz. Pero en estas elecciones la que sale a la cancha es la militante socialista”.

 

  —¿Qué sensaciones tiene y qué le transmite la gente en estos días de campaña?

  —El golpe por la ausencia de Miguel nos dejó un dolor, ese duelo que no es privativo de nosotros sino que es de cien mil familias argentinas que han tenido la pérdida de un ser querido. Ese dolor está y nos va a acompañar de manera constante, pero al mismo tiempo es el deseo y la fuerza de la gente para salir adelante la que nos otorga energía. Como organización, ese golpe nos hizo tener fuerza para tomar esa antorcha y mantenerla encendida. Tenemos en la mano el legado de grandes, como Binner, como Miguel. Esta campaña viene combinada entre el dolor y la fuerza para seguir adelante.

  —No pararon de recorrer la provincia con Lifschitz. ¿Eso se mantiene o la muerte de Miguel generó cierta dispersión?

  —Miguel era un ordenador político hacia adentro y hacia afuera. Eso trajo nuevas oportunidades políticas a los integrantes de nuestra fuerza y a la oposición. Nuestra fortaleza está en el Frente Amplio Progresista, que tiene un simbolismo muy especial. Reeditamos aquella gesta nacional de Hermes, con tres millones y medio de votos, y que nos da esa expectativa de reeditarla. No queremos quedarnos con estos dos extremos de la grieta, un negocio que beneficia a muy pocos.

  —¿Le molesta que le digan “viuda de Lifschitz”?

  —De ninguna manera me puede molestar, porque fue lo más importante en mi vida personal junto con el amor de mis hijos. Lo que sí, eso no me define en política. Claro que soy la viuda de Lifschitz y es un orgullo que llevaré por siempre. Pero en política me define mi propia trayectoria, mis 35 años de afiliada y mi más de 30 años de gestión. Haber compartido con Miguel, con Hermes y antes con Estévez Boero me llevan a decir que soy la suma de todo ese aprendizaje y todo ese camino compartido. Las mujeres feministas, y las socialistas en especial, ponemos énfasis en que se nos reconozcan nombre y valores por la trayectoria propia que hemos llevado adelante y no la de nuestros compañeros. Pero no hay mayor orgullo para mí que haber sido su compañera incondicional. Pero en estas elecciones que se vienen, y en esta campaña que comenzó, la que sale a la cancha es la militante socialista. Es lo que estoy demostrando.

  —¿Le dejó un gusto amargo no haber llegado a un acuerdo con Javkin para evitar internas?

  —Seguramente el acuerdo estará el 12 de septiembre. No tomo con dramatismo el cierre de listas. Siempre salimos de las Paso de manera respetuosa y coordinada. Después de que Vero (por Irizar) perdió por muy pocos votos en la interna con Pablo, ella y todos nos calzamos las zapatillas y recorrimos Rosario. Los votos de Vero fueron a Javkin.

  —¿Se imaginó que iba a competir con Giustiniani?

  —Fuimos compañeros de ruta, y en 2009 cuando yo fui electa concejala él había sido candidato a senador nacional. Después estuvimos en caminos diferentes, pero yo nunca cambié de camiseta. Ahora nos reencontramos dentro de un frente ampliado, algo que me gusta y enriquece. Me siento parte de un equipo que sabe gobernar.

 —¿Qué le genera ver a Perotti como aliado de Cristina Kirchner?

  —Es muy extraño, porque uno en la vida tiene que tener lealtad y coherencia. Me hace mucho ruido que Perotti y su gente vayan corriendo a sacarse fotos al Instituto Patria cuando no fueron corriendo a Buenos Aires a defender a Santa Fe. Me cuesta creerles, porque nos venden eslóganes con gancho, como “unidad en la diversidad”. La realidad nos demostró que estaban enfrentados y ahora la pelea es kirchnerismo vs. kirchnerismo, para ver quién es más kirchnerista que el otro.

  —¿Esa cristinización de Perotti les da a ustedes otra manera de posicionarse? Ya casi no hay matices en el peronismo.

  —Hay un peronismo no kirchnerista que no encuentra representación en ninguna de las dos listas y les abrimos los brazos porque somos compañeros de ciertos valores, como la justicia social. Seguramente nuestro espacio se puede ampliar, y hay que hacerlo. Al peronismo se le va a hacer muy difícil remontar la unidad después de las elecciones. A mí me importa el valor de la palabra y me parece que la han quebrado, de un lado y del otro. Nosotros supimos cómo gobernar. Y sabemos cómo gobernar. El 2023 se adelanta cuando hay un gobierno que juega a la interna. Los santafesinos quedamos rehenes de la interna del partido de gobierno, ya no será difícil la interna, será difícil el gobierno.

  —¿Por qué quiere llegar al Senado?

  —Probablemente sus lectores no sepan qué hace un senador nacional, muchos ni han hablado o levantaron la mano por obediencia partidaria. Eso perjudicó al trabajo de los santafesinos, a que el colectivo sea más caro en Rosario que en Buenos Aires. Son todas cosas que se deciden en un despacho porteño, que nos perjudican. Ningún senador peleó por la deuda que aquel valiente Hermes se presentó a la Corte a reclamar.

 —Es notable que ya nadie hable de la deuda de la Nación por coparticipación.

  —Cuando Fernández hizo campaña en el Monumento, ante una multitud, se comprometió a pagarla. Y nada. Perotti no lo reclamó. Me acuerdo cuando el presidente le dijo a Perotti: “Gobernador, usted se tiene que ocupar de Rosario”. Se comprometió un aporte de tres mil millones para la seguridad, que llegó días después. Hoy, ese dinero no está usado. Esa falta de actitud, esa lentitud en el gobierno no merece Santa Fe. Esto es, nos están llevando a un lugar secundario.

Fuente:La Capital

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