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CAMPAÑA FINA

17 de mayo de 2021

El trigo asume el desafío de llegar a una cosecha histórica

Los referentes de la cadena triguera prevén que se podría alcanzar una producción de 21 millones de toneladas. Clima y precios acompañan

La cadena de trigo encuentra en esta campaña una coyuntura excepcional que podría potenciar la producción y reposicionar al cereal fino en el esquema agronómico. “La Argentina tiene la oportunidad histórica de aumentar la producción de trigo y llegar a superar las 21 millones de toneladas”, dijo Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores que esta semana organizó la décima edición del tradicional congreso A Todo Trigo.

Con perspectivas y estimaciones que prometen nuevamente una buena campaña para este cultivo de invierno, los especialistas que disertaron en el encuentro consideraron esencial el aporte del cultivo para la rotación y para “consolidar el crecimiento productivo e inserción en los mercados internacionales”.

En el marco del congreso, Rivara remarcó que “las condiciones de clima, tecnología, precios y mercados forman un escenario favorable para la producción” y destacó especialmente la importancia del programa PAF, de Matba-Rofex, “que permite acceder a los mercados de futuros en las operaciones a fijar garantizando su cumplimiento y evitando el riesgo de incumplimiento comercial por parte de los compradores del mercado interno”. Dijo que “aporta previsibilidad de precios y seguridad comercial”.

Tenemos mucha esperanza este año, con políticas definidas, que tienen previsibilidad y que han hecho que los productores hoy tengan expectativas superiores incluso a las de siembra del año pasado. Comprometemos nuestro esfuerzo para que podamos superar los 7 millones de hectáreas que hasta este momento están previstas”, dijo el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Luis Basterra, en un video de salutación y adhesión a la jornada.

Lo siguió el secretario de la cartera, Jorge Solmi, quien consideró que “este año la situación se está dando de manera extraordinaria”. Detalló que el perfil del agua en los suelos se recuperó y llegó a su nivel óptimo, los precios internacionales están altos y las expectativas se alinearon en el objetivo de superar las 7 millones de toneladas. También está en su mejor momento la relación entre el precio de los insumos y el precio trigo. “Estamos pagando el litro de gasoil prácticamente a la mitad de lo que pagábamos hace tres o cuatro años. Similares cosas pasan con los fertilizantes. Hubo mucha aplicación tecnológica”.

Solmi recordó que la producción de trigo viene creciendo año a año y, en materia de financiamiento, destacó que desde el Banco Nación “se están dando servicios a través de la tarjeta Agronación, a tasa 0%, a 180, 270, ó 360 días”. Lo mismo ocurre con una línea de crédito normal para siembra, pero con una tasa del 29%, “muy por debajo de lo que se está pagando en el mismo Nación por plazos fijos”, remató el secretario de Agricultura.

El secretario de Alimentos santafesino, Jorge Torelli, afirmó que el cereal es uno de los cultivos que más impacta en la economía provincial. “Los aspectos productivos son muy importantes por el uso de tecnología”. Recordó que la provincia representa el 16% del área sembrada de todo el país, tiene un 13% de la producción total nacional y participa de la exportación en un 15%. “Esto es importante, pero el gobierno de Santa Fe tiene centrada su mirada en el desarrollo de valor agregado”, dijo Torelli. Para ello el Ministerio de la Producción tiene una serie de desarrollos que apuntan a la capacitación para asesores en poscosecha, con el objetivo de mantener la calidad del grano, que sirva a los molinos harineros y que tenga un gran impacto muy fuerte en las economías locales. “Cuidar toda la cadena es el objetivo”, dijo.

Por su parte, Carlos Toledo, director general de Agricultura entrerriana, explicó que “con más de 520 mil hectáreas implantadas en la última campaña y con 2.600 kilos de rendimiento, el cultivo tiene un espacio muy importante en Entre Ríos”.

El nuevo ciclo

La Bolsa de Cereales hizo su tradicional lanzamiento de la campaña fina en el marco de A Todo Trigo, con ponencias de especialistas de cultivo, clima y mercado. En este sentido, y observando el comportamiento del mercado a nivel internacional, especialistas de la institución analizaron que los precios acompañaron muy bien, creciendo los últimos meses constituyendo un año récord en producción, consumo y comercio.

El climatólogo Eduardo Sierra vaticinó para esta campaña un clima mejor que el del año pasado, aunque “no va a ser perfecto” porque quedan residuales que la Niña, que se fortalecerían durante la primavera próxima. Esto podría significar sequía hacia el interior. “Ahora que estamos por sembrar en mayo hay que ver la humedad que hay en muchos lugares. En la etapa evolutiva y en la reproductiva como en Córdoba, Santiago del Estero , sur de Santa Fe, centro de Entre Ríos si no se cuida el agua, va a faltar”, advirtió y recomendó un “buen manejo”.

Agustín Tejeda Rodríguez, gerente de estudios económicos y economista jefe de la Bolsa de Cereales señaló que los precios mostraron una dinámica muy particular en el último año. “El disponible aumentó un 45% desde marzo del año pasado hasta el último marzo; no obstante, el resto de los cultivos tuvo aumentos mayores y por eso que esta opción perdió competitividad”, dijo. El comportamiento diferencial tiene que ver no sólo con la pandemia sino con características propias del trigo, que es un producto de consumo básico humano y esencial en las dietas de la mayor parte del mundo.

Así, mientras el año pasado se derrumbaban los precios de los granos, el trigo subía por la retención preventiva de los países. Luego todos los cultivos crecieron y la curva del trigo se mantiene por debajo. En materia de costos, también hubo un aumento importante en los últimos meses, sobre todo en insumos como los fertilizantes, que subieron un 40%. Los ingresos crecen más que los costos, pero no en la misma medida y como resultado tenemos mayores márgenes en esta campaña. “Ahí es donde se señala la gran oportunidad que tiene Argentina en esta campaña para incrementar el área sembrada total, la producción y las exportaciones”, explico Tejeda Rodríguez. Por otra parte, recordó que el trigo ocupa un rol muy clave en la planificación financiera de los productores y en los esquemas de rotación.

En cuanto a la proyección de siembra, Esteban Copati, jefe de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa, indicó que el escenario climático es más favorable que el de la campaña pasada, y vaticinó “roces” con los otros cultivos de invierno en una puja por la superficie. Muchos productores van a necesitar hacer pie en esta campaña para poder arribar a la próxima de gruesa. “Hay sectores que el año pasado tuvieron resultados muy malos y hoy ven los rendimientos de la cosecha gruesa que hoy se está recolectando con gran heterogeneidad”, dijo.

El experto estimó un área de 6,5 millones de hectáreas, similar superficie a la de la campaña pasada y la tercera mayor superficie sembrada en los últimos 20 años. Pronosticó, además, una cosecha de 19 millones de toneladas. Si se suman los stocks iniciales, en torno a 2,7 millones de toneladas, se prevé para la campaña 21-22 de una oferta récord de trigo en Argentina. Para el economista Tejeda Rodríguez, esto “abre la posibilidad de crecimiento en todas las variables de la hoja de balance, tanto de la molienda como de las exportaciones”. Espera una molienda de 6,2 millones de toneladas y exportaciones por 12 millones de toneladas.

Así, el producto bruto de la cadena triguera estaría en torno de los u$s 3.720 millones. Sería la sexta campaña de crecimiento. Entre el trigo y la cebada van a aportar valores u$s 1.010 millones para la inversión, u$s 3.790 millones de exportaciones y u$s 1.250 millones de aportes en recaudación fiscal.

Mesa agroindustrial

Miguel Cané, de Argentrigo, afirmó que “dentro de la cadena la situación está bien”, pese a que “hay un gobierno que interviene los precios, que quiere bajar inflación, que aprieta a sectores dentro de la cadena”. Y arengó: “Nos gustaría obviamente tener un mercado libre y pensar solamente en producir y en tener un campañón de trigo”. Pero frente a la presión de los sectores más radicalizados de la dirigencia empresaria, apostó por “dialogar y consensuar dentro de la cadena” ya que “ esto es mucho más inteligente que ir a patear tableros o a romper lanzas”.

“Tenemos que ser adultos en esto, ponernos los pantalones largos, saber dialogar con nuestros pares y construir cosas con ellos, porque son nuestros socios estratégicos, no somos enemigos de nadie”, sintetizó Cané.

Para Javier Buján, de la Cámara Arbitral Bolsa de Cereales, “hoy hay mucho diálogo en toda la cadena”. Y defendió la “autorregulación”. Es que, consideró, “ninguna de las intervenciones fue virtuosa”.

Gustavo Idígoras, presidente de Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y del Centro de Exportadores de Cereales (CEC) opinó que la cadena tiene una “enorme responsabilidad de ser competitiva” en un escenario de diversifiación de mercados. “Brasil el único gran comprador, nos interesa mucho lo que pasa con Indonesia, Kenia y Bangladesh”, remarcó. Y pidió seguir fortaleciendo la Mesa Intersectorial de trigo. “Los exportadores vamos a ser siempre consecuentes si hay un consenso en la cadena de valor. Las proyecciones son alentadores y tenemos que lograr que el gobierno no cometa errores de intervención absolutamente innecesarios”, finalizó.

Según Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), “es fundamental que haya reglas claras y políticas de Estado que generen confianza”.

Andrés Ponte, de Matba-Rofex, destacó que para ellos la cadena ocupa un espacio central. “Creo que tenemos una responsabilidad”, detalló. “Hoy la foto de la posición abierta de trigo de Matba-Rofex es la más grande de la historia con 800 mil toneladas, de las cuales es trigo de la cosecha que va a venir, de esta gran cosecha que estamos todos ilusionados que puede venir”, enfatizó.

Finalmente, Alfredo Paseyro, titular de la Asociación Semilleros Argentinos (ASA), puso en relieve el rol de mejoramiento genético. “En los últimos 10 años se inscribieron 135 variedades de trigo que tienen que cumplir con cuatro condiciones: tienen que ser nuevas, distintas, homogéneas y estables”, destacó.

Y concluyó: “Responsabilidad, compromiso y previsibilidad, son palabras que nos tienen que guiar”.

Fuente:Agro Clave

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