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POLICIALES

18 de noviembre de 2020

Estafas desde prisión: "Usted debe devolver lo que no es suyo"

Con el mismo ardid, son muchas las variantes que exhiben los timadores para saquear las cuentas bancarias de las víctimas.

Bajo el mismo ardid de convencer a las víctimas de que están hablando con empleados del Estado, las estafas perpetradas desde las cárceles tienen varias modalidades que dependen de la relación que se va planteando entre el timador y su blanco. Hay casos en los que son capaces de engañar al punto de hacerle creer a la víctima que debe devolver un dinero que en realidad se trata de un préstamo que acaba de tomar sin saber.

En tal sentido apelan al miedo, siembran tanto expectativas como preocupaciones. Para ello derrochan frases que no van a ningún lado, llenas de giros como "directamente", pretenciosos formalismos como "la cual" y engorrosas frases kilómétricas de esas que sólo parecen existir en el mundo de la burocracia. O del telemarketing.

Los casos reflejados en esta nota surgen de una investigación en curso contra una organización que operaba desde la cárcel cordobesa de Río Cuarto cuyos miembros fueron recientemente imputados por el fiscal de Rosario Mariano Ríos a partir de denuncias formuladas por víctimas del Gran Rosario.

El 23 de agosto de 2019, cerca de las 11, una vecina de Pérez recibió un llamado a su teléfono fijo y un hombre le dijo que llamaba desde el “Ministerio de Interior, de la oficina de Ansés, área de la reparación histórica” porque tenía aprobado 132.000 pesos como reparación y que a partir del mes de septiembre se incrementaría en un 4,3 % el sueldo. Le refirió que no podía negarse a cobrarla y le aclararon que el que el dinero ya lo tenía depositado en la cuenta pero que debía hacer un trámite en el cajero para justificar el monto que le habían ingresado.

Por eso fue hasta un cajero de la red Link para que la guiaran. La mujer fue hasta la casa de su nuera para que le prestara el celular y fue con ella hasta el cajero. Cuando pidió el saldo le apareció en su cuenta lo que parecía ser un depósito por, exactamente, 132.000 pesos.

Sin embargo la operatoria no prosperó según las instrucciones y la mujer cortó la comunicación y transfirió el saldo a la cuenta de su nuera. Entonces recibió una nueva llamada para decirle que como ella había cancelado el trámite ahora tenía 200.000 pesos por error en el sistema que no le correspondían, que lo tenía que devolver y para eso debía realizar una transferencia por cajero.

Entonces volvieron a llamarla. La mujer atendió y acto seguido, según una escucha que consta en la investigación, fue blanco de un tremendo e interminable rayo de retórica burocrática: “Muy buenos días señora. El motivo del comunicado directamente es por una importante suma que sea incorporado directamente a su caja de ahorro, ¿bien? En el cual nos están pidiendo la autorización directamente de parte del área impositiva que es una declaración jurada de donde va a ingresar este dinero, se acaba de comunicar directamente la gente del área de Anses, ¿bien?, en el cual nos están solicitando directamente lo que sería el alta de la misma, lo que nosotros necesitamos directamente de esta área, ¿bien? Es lo que sería ya hacer directamente le pedimos mil disculpas a la hora de realizar directamente en el sistema el área administrativa directamente de Ansés ha determinado lo que sería ya una incrementación superior a la misma, ¿bien? En el cual directamente cuando se estaba realizando la tramitación hubo un entorpecimiento directamente de la transacción en el cual se incorporó un monto superior, ¿bien? Directamente lo que se requiere desde el área administrativa, ¿bien?, es poder tener directamente lo que a usted le corresponde y directamente la devolución de la misma, ¿bien? Para que no se inicien directamente acciones legales directamente por un enriquecimiento ilícito por un monto de dinero no declarado y justificado ante la administración federal de los ingresos públicos, ¿bien?”.

La víctima le contesta que ella ya no tenía forma de acceder a un cajero ni a homebanking, a lo que el funcionario “Martínez” le responde: “No, porque directamente le explico le informo. Directamente lo que tenemos retenido nosotros a la espera directamente del alta es para que usted directamente no puede desde su homebanking realizar ningún movimiento habilitado, ¿me entiende señora?

—¿Por qué?

—Porque directamente hay un dinero que no es directamente el correspondiente, ¿bien?

—¿Pero el problema de quién fue? ¿Del sistema?

—El problema fue directamente del sistema que a la hora de realizar lo que sería ya la incorporación, directamente fue suspendida por parte directamente de ustedes.

—No sé por qué se depositó más dinero del que me habían dicho?

—Claro, le explico directamente, a través de lo que sería ya la unificación que estaba realizando lo que sería ya el Banco directamente Central de la República Argentina dando el alta de este monto de 132 mil pesos a su favor, ¿bien? Cuando se estaban realizando directamente la incorporación con el tesorero que iba a unificar, hubo directamente eh... una inactividad, por el sistema de ATM, porque suspendieron directamente lo que sería ya el canal, porque señora directamente en este caso son computadoras, son sistemas, ¿bien? Directamente si usted va a una entidad bancaria con una persona directamente física, ¿bien? directamente le va a hacer y le va a entregar el dinero correctamente porque lo certifica y lo verifica una persona humana, el sistema directamente es sistema, ¿bien? se puede confundir son computadoras, ¿bien? Lo que nosotros necesitamos directamente para ya, hacer directamente lo que le corresponde a usted y devolver directamente al Estado lo que se le ha acreditado de más, necesitamos directamente en este caso que se haga la devolución de lo que no le pertenece, nada más, que le estamos solicitando que devuelva lo que a usted le brindo directamente el Estado, ¿no?

Momentos después la mujer vuelve a recibir una llamada. Su nuera atiende y pregunta si es Martínez. Un hombre responde que no, pero que “directamente” ahora lo comunica, que la aguarde en línea. Como si el llamado proviniera de una oficina burocrática y no de la celda de una cárcel.

—Daniel Osvaldo Martínez —se presenta el falso funcionario, como si no supiera con quien va a hablar.

—En realidad soy la dueña del teléfono —explica la nuera de la víctima.

—Bien, directamente lo que vamos a hacer para que ya podamos tener lo que sería la integridad del dinero correspondiente a la señora la devolución del mismo vamos a hacer directamente lo que sería la devolución, ¿bien?

—¿De los 200 mil?

—Vas a ir al menú principal en el cual te va a indicar directamente transferencias y depósitos. Transferencia inmediata... ¿cuánto había de más?

La nuera le dice que hay 198.208, 32 pesos. Martínez vuelve a hablar entonces con la víctima y le explica que el cajero le va a solicitar “directamente” que ingrese un CBU que va a figurar a nombre de una persona que trabaja con los estafadores. Entonces le dicta “99 y cinco ceros”. La mujer responde que ese no es el monto. “No, no, no, porque vamos a hacer dos operaciones, ¿bien?”, explica el timador. Al respecto, los investigadores presumen que los estafadores nunca realizan transferencias superiores a los cien mil pesos porque supuestamente “saltan las alarmas”.

“No sé por qué lo tenemos que hacer en dos partes”, pregunta cándidamente la víctima. El falso funcionario explica: “Porque directamente en este caso va a incorporar a lo que sería ya la devolución en dos partes, señora, ¿bien?”. Acto seguido le dice que haga la segunda parte de la transferencia pero a otro CBU, lo cual despierta otra sospecha en la víctima.

“Lo que tiene que hacer señora es la devolución directamente de 198.208,32 pesos en el cual directamente se van a unificar a dos directamente procuradores del Estado, ¿bien?”.

Seguramente mareada y fastidiada, la mujer accede a que le dicten el otro CBU. “Ahora tiene que poner el monto, serían 99 mil pesos más. A nombre de un procurador directamente del BCRA de lo que sería es el Banco Central de la República Argentina en el cual se hace lo que sería la devolución del importe. Esta es una cuenta asociada al gobierno señora, directamente en el cual fue la que se transfirió directamente se unificó a su caja de ahorro, ¿bien?”.

El falso funcionario le explica entonces que ya está “declarado y certificado” los 132 mil pesos que ingresaron a su caja de ahorro en el día de la fecha.

“Bueno”, responde aliviada la víctima como si se sacara de encima un problema que nunca existió, mientras estaba adquiriendo otro. Eso lo supo cuando fue hasta el banco donde se enteró de que nunca la habían llamado y supo que los 132 mil pesos que había encontrado en su cuenta no se los habían mandado desde Ansés sino que eran 2.500 dólares que había en su cuenta y que habían pasados a pesos. Y también de que los 200 mil pesos que aparecieron después no era un error sino un préstamo que alguien había pedido en su nombre.

Fuente:La Capital

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