La decisión de instalar el tema no obedece de manera unívoca al presidente del PJ, Ricardo Olivera, ni a otro dirigente de líneas intermedias. Perotti, tal vez nunca lo diga en público, pero hoy reivindica el sistema de lemas, sobre todo en cargos legislativos. Así se lo comentó a un interlocutor, antes de que el tema estuviese en los medios.

Para el Frente Progresista, la ley de lemas es la encarnación del demonio. Así lograron derrotar al peronismo después de 24 años. Hay una anécdota que merece volver a ser contada, y que tiene como protagonista a Jorge Obeid y toda la plana mayor de la política santafesina de principios de los 2000.

Bajo los árboles de Olivos

“Che, Hermes, ¿vas a ser el candidato a gobernador o vas a seguir con la tasa de barrido y limpieza”, le preguntó en forma de chicana Eduardo Duhalde al intendente rosarino, el 23 de septiembre de 2002, durante un asado debajo de los árboles, en la Quinta de Olivos, en la que estuvo este periodista. “Presidente, tenemos la ley de lemas, que es inmoral, ni se le ocurra ponerla a nivel nacional. Es un fraude”, respondió el caudillo socialista con el ceño fruncido. “Y por qué no derogan esa ley de mierda?”, repreguntó el jefe del Estado, que estaba en pleno auge de la “unidad nacional” y añoraba ser Churchill para dejar atrás al puntero de Lomas de Zamora de dudosa fama. Reutemann escuchaba todo pero se hacía el desentendido. Auscultaba la fecha de vencimiento del agua mineral. “Eso preguntáselo a Reutemann”, le sugirió Binner. Duhalde levantó un poco la voz, como para que lo escuchen todos: “Che, Lole, dice el Flaco que le saques de encima la ley de lemas”.

   Reutemann se pasó las dos manos por los ojos. Tenía sueño. Miró a su derecha y pasó la pelota a siete metros, donde estaba sentado Jorge Obeid, con un par de obeidistas. “Preguntale al Turco, que es el candidato a gobernador”, se sacó de encima el abrojo. Obeid se levantó de su silla y se golpeó el pecho: “Eduardo, Lole, la máxima peronista dice: «lo que sirve no se toca»”. Poco tiempo después Obeid derogó la norma y el peronismo perdió las elecciones.

El carnaval santafesino

Con las Paso, las primarias siguieron siendo un carnaval como con la ley de lemas, porque nunca se reglamentaron ni se controlaron avales. La oleada de cantantes, cómicos, cumbieros, jugadoras de jockey, modelos y ex futbolistas no vino con la ley de lemas. Se instalaron una vez que la ley de lemas estuvo derogada.

   Si no hay reglamentación, la provincia de Santa Fe seguirá siendo un cambalache cada vez que haya que convocar a elecciones. En el peronismo sostienen que instalar de nuevo la ley de lemas (aunque Ricardo Olivera habló de neolemas, como las elecciones nacionales de primera vuelta que ganó Carlos Menem, en 2003) le favorece también a la oposición, porque puede unir naturalmente al Frente Progresista con Juntos por el Cambio. Los peronistas son más rápidos que una liebre energizada.

   La oposición progresista va a rechazar de manera enérgica volver a la ley de lemas, y con esa objeción el intento morirá de nonato. El peronismo sólo tiene 7 diputados de 50. Sí se habilitaría una gran polémica en tanto y en cuanto el gobierno nacional instale esa posibilidad para todo el país. Es más, para diputado y senador nacional depende de lo que se establezca nacionalmente.

Volver a casa

Pero nadie está pensando solamente en 2021. El partido final se juega en 2023. A propósito, la salida de María Eugenia Bielsa del gabinete la vuelve a poner en carrera para los comicios de mitad de mandato y 2023.

   “María Eugenia, te pido que presentes la renuncia”, le dijo hace tres días el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. “El que me ofreció el cargo fue el presidente, que sea él quien me pida la renuncia”, respondió la arquitecta. Así fue.

   El gabinete porteñocéntrico y bonaerense de Alberto Fernández es ahora más porteñocéntrico y mas bonaerense. El sucesor de Bielsa es un peón de Cristina Kirchner, la verdadera jefa de Fernández.

  Como si se tratara del guión a interpretar por un actor, todo lo que Fernández va haciendo responde a la carta pública de Cristina. Se escribió en esta columna el domingo pasado. “Fernández, hacé las cosas por las que te puse de presidente. Las que yo no puedo hacer”. Palabras más, palabras menos. Por ejemplo, arreglar con Clarín y Techint.

   El deseo de Cristina quedó sellado en la reunión que el ministro de Economía, Martín Guzmán, tuvo con los dueños de las empresas más importantes. “Hay funcionarios y funcionarias que no funcionan”, dijo la jefa de Fernández, quien, otra vez, obró en consecuencia y le pidió la renuncia a Bielsa.

   Están pasando cosas en la política. ¡Y las que van pasar hasta el 2021!

Fuente:La Capital