¡Qué año, por favor! se quejaba el histórico socialista Juan Carlos Zabalza, quien en menos de cien días lamentó las muertes de Hermes Binner y de Héctor Cavallero. Ambos dirigentes formados en el socialismo y profesionales de la salud lucharon durante varios meses contra enfermedades irreversibles. Desde Rafaela y desde Las Parejas fueron a estudiar a Rosario y no se fueron más de esa ciudad a la que llegaron a gobernar y desde allí ensayaron la llegada a la Casa Gris. Binner lo logró y Cavallero se quedó dos veces en la puerta. El camino elegido fue diferente: el primero en alianza con sectores no peronistas y el segundo en alianza con el peronismo. A ambos les costó enamorar a la ciudad capital a la que también les costó entender.

Más allá de las diferencias internas entre ellos saldadas en las urnas y que derivaron en su salida del socialismo, fue Cavallero quien abrió el camino desde el Concejo Municipal de Rosario al que llegó en 1985. Su figura creció al denunciar negociados de la política y cuando el radical Horacio Usandizaga cumplió su promesa de que si Carlos Menem ganaba la presidencia él renunciaba, estuvo allí posicionado Cavallero para ser elegido intendente. Años después su acercamiento al menemismo aceleró la ruptura con el socialismo y allí emergió Binner, que había sido su secretario de Salud.

Fue Cavallero el instrumento elegido por el menemismo para ganar Santa Fe con ley de Lemas acompañado por Omar Perotti. No pudo. Carlos Reutemann impuso su sucesión con Jorge Obeid y Gualberto Venesia. Pero además, el entonces gobernador paró una fuerte operación política de la Casa Rosada para consagrarlo ganador al Tigre. La política recuerda aviones que debieron volver a Capital y el escrutinio definitivo urna a urna en el entonces Distrito Militar. El segundo intento de Cavallero fue acompañado por Oscar Alloati y quedó lejos. En cambio, Binner ensayó primero con un peronista -Miguel Paulón- y no llegó por la ley de Lemas, mientras que sin ese instrumento con Griselda Tessio fue el primer socialista en llegar a la Casa Gris.

Después, Cavallero se acercó al kirchnerismo con el Partido del Progreso Social y acompañó como diputado el primer intento de Perotti de llegar a la Casa Gris. En sus cuatro años en la Cámara de Diputados expuso su experiencia, marcó diferencias con el gobierno socialista y con el macrismo nacional, pero su salud lo tuvo muchos meses alejado de la actividad. Fue una pena.

En esos días, el Movimiento Nacional Reformista (MNR), expresión universitaria del socialismo festeja sus 60 años de vida. El primer presidente de la agrupación en el regreso democrático, Rubén Giustiniani, recuerda que no hay fecha de fundación, pero que fue un proceso de unidad que fueron tejiendo Guillermo Esteves Boero desde la facultad de Derecho de la UNL, Ernesto Jaimovich desde Medicina de la UNR y Cavallero de Bioquímica también en la UNR donde era compañero de estudio y de militancia con Zabalza de quien además fue socio en un laboratorio.

Todo la política santafesina lo despidió. Con acuerdos y diferencias su voz era escuchada. "Quienes lo conocimos supimos de su fuerza, de su garra, de su compromiso con la política como medio para cambiar para bien la sociedad" escribió Perotti en Twitter. "Fue un militante y un luchador toda su vida. Hace más de 30 años se convirtió en el primer intendente socialista de Rosario. Se lo recordará por su gestión en la ciudad y por su pasión por la política" señaló Miguel Lifschitz quien en esa gestión rosarino empezó su tarea de gestión. "Falleció el Tigre Cavallero, primer intendente socialista de nuestra ciudad y un dirigente con una gran trayectoria política. Mis condolencias a su familia en este difícil momento" expresó otro socialista gobernador, Antonio Bonfatti.

Fuente:El Litoral