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13 de octubre de 2025

Cercas virtuales: cómo funciona la tecnología que reemplaza alambrados en la ganadería argentina

Más de 150.000 bovinos en distintas provincias se manejan con límites digitales controlados desde una plataforma. La experiencia combina monitoreo, manejo forrajero y aprendizaje animal.

En los últimos años, en la ganadería argentina comenzaron a realizarse experiencias en campos de diferentes zonas productivas con un nuevo sistema de manejo que reemplaza los alambrados tradicionales por cercas virtuales.

Se trata de dispositivos electrónicos colocados en los animales, generalmente en forma de caravanas o collares, que emiten una señal sonora o un leve estímulo eléctrico cuando los bovinos se acercan a los límites preestablecidos de un lote.

De esta forma, los bovinos aprenden a respetar un límite invisible definido digitalmente en un mapa georreferenciado, sin necesidad de alambres ni boyeros eléctricos. Los productores pueden modificar esas zonas de pastoreo desde una plataforma, ajustando las áreas de acceso según la disponibilidad forrajera o las condiciones climáticas.

El sistema está asociado a la ganadería regenerativa y a los esquemas de pastoreo rotativo, en los que el movimiento controlado de los animales sobre el pastizal resulta clave para mantener la cobertura del suelo y favorecer la recuperación de las pasturas.

El sistema primero emite un sonido neutro cuando el animal se acerca al límite del potrero. Si continúa avanzando, recibe una leve estimulación eléctrica.

Si bien en otros países la tecnología comenzó a expandirse hace algunos años, en la Argentina su desarrollo es todavía reciente. Bastó, una startup con base en Río Cuarto, provincia de Córdoba, trabaja desde 2019 en la adaptación local de las cercas virtuales y en el diseño de un sistema de monitoreo animal en tiempo real. El objetivo es desarrollar una tecnología de bajo costo y fácil implementación, pensada para facilitar su adopción en América Latina.

Actualmente, la empresa ya cuenta con sus primeros usuarios en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, San Luis, Mendoza y Río Negro, a partir de un programa de productores embajadores, que participan en la validación del sistema y en los ajustes finales antes de su lanzamiento comercial.

Del aprendizaje animal a la gestión digital

El principio de funcionamiento de una cerca virtual está basado en el aprendizaje asociativo, una forma de conducta descrita en el siglo pasado por los experimentos de Pavlov y Skinner. “El sistema primero emite un sonido neutro cuando el animal se acerca al límite del potrero. Si continúa avanzando, recibe una leve estimulación eléctrica. Luego de algunas repeticiones, el animal aprende que al escuchar el sonido debe detenerse o girar”, explicó a AIRE Agro el fundador de Bastó, Martín Tosco, junto a su socia Virginia Gonella.

Los alambrados o boyeros eléctricos se van retirando de los campos de manera progresiva, a medida que los animales aprenden. “El proceso completo puede demandar entre 10 y 12 días, dependiendo del temperamento y la raza”, detalló.

El objetivo no es modificar el comportamiento natural de los bovinos, sino acompañarlos y dirigirlos de manera controlada, sin traslados forzados ni estrés. “El sistema busca reproducir los patrones naturales de pastoreo, avanzando gradualmente hacia las zonas con mayor disponibilidad de forraje y dejando atrás las áreas ya consumidas”.

El equipo de Bastó trabaja en la versión final del dispositivo, que será una caravana electrónica de bajo peso, pensada para operar con conectividad continua y costos adaptados a los ganaderos de América Latina.

Plataforma de monitoreo

El desarrollo argentino pasó por varias etapas. Primero se realizaron pruebas de concepto en establecimientos de la zona de Río Cuarto, Córdoba, destinadas a definir los niveles de estimulación adecuados y seguros. Luego se amplió la escala de trabajo y se incorporó una plataforma digital de monitoreo.

Esa plataforma permite visualizar en tiempo real la ubicación de los animales, junto con datos de temperatura, patrones de movimiento y actividad, que aportan información sobre su estado sanitario y de bienestar. Además, se están incorporando modelos de estimación de biomasa y herramientas para integrar información forrajera y ambiental en la toma de decisiones.

Primeros usuarios

El equipo de Bastó trabaja en la versión final del dispositivo, que será una caravana electrónica de bajo peso, pensada para operar con conectividad continua y costos adaptados a los ganaderos de América Latina. El horizonte de desarrollo para la versión comercial completa es de 18 a 24 meses.

La experiencia se encuentra en una fase de validación de campo con productores de diferentes regiones. Estos usuarios, denominados “embajadores”, prueban el sistema en condiciones reales de producción y aportan información sobre su funcionamiento y posibles mejoras.

Hasta el momento participan unas 20 empresas ganaderas, que en conjunto suman alrededor de 150.000 animales de distintas categorías. Entre ellas se incluyen grandes establecimientos con más de 20.000 cabezas, como el grupo Zeni, de Corrientes, y Faro Verde, también oriundo de esa provincia, con campos en Entre Ríos y Uruguay. A partir de esta última empresa, la startup proyecta expandir la tecnología al país vecino.

Fuente: Aire Agro

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