Hay un ministro del Gobierno que tal vez tenga que anudarse una cinta roja en la muñeca. El jueves en el Senado fueron varios los opositores que se deshicieron, casi exageradamente, en elogios hacia Rogelio Frigerio, ministro del Interior y Transporte de la Nación que mientras tanto seguía negociando con Miguel Ángel Pichetto detalles de los proyectos en debate. Primero el gobernador de Misiones, Hugo Passalaqua, quien dijo que había sido un momento "con sabor histórico" cuando "el ministro Frigerio tuvo la gentileza, la humildad, la valentía, de irse al CFI donde habíamos 22 lobos hambrientos" en referencia al día en que los gobernadores resistían el consenso fiscal y pedían modificaciones antes de firmarlo. Incluso habló de su "talento" y de que "hizo gala de saber escuchar, corregirse, rectificar". Play También cayó bajo el influjo seductor de Frigerio el senador José Mayans, de Formosa, que salvó de sus críticas al ministro y le reconoció "la buena valoración que tienen de usted" los gobernadores. Una de tres: o es todo así como le dicen, o va a generar envidia entre sus colegas de gabinete, o en cualquier momento los mandatarios llegan con pedidos a su oficina.