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OPINIÓN

28 de junio de 2025

El pulso de Argentina: cómo se mueven nuestras creencias rumbo a las elecciones

El pulso de Argentina: cómo se mueven nuestras creencias rumbo a las elecciones

Es interesante repasar el último informe del Observatorio Pulsar.UBA, que compara las creencias sociales de los argentinos entre 2023 y 2024.

¿Qué cambió en nuestras cabezas? ¿Y cómo podrían estos movimientos inclinar la balanza en unas elecciones?

Vamos al grano con los puntos que más variaron y que podrían ser clave en el tablero electoral.

Primero, la seguridad está encendiendo todas las alarmas.

En solo un año, el apoyo a que la policía tenga más poder pasó del 55% al 62%.

Pero eso no es todo: la idea de que las Fuerzas Armadas se metan en la lucha contra el narcotráfico creció del 60% al 67%.

Y atención, porque la demanda de políticas de mano dura se dispara: más gente quiere la pena de muerte y bajar la edad de imputabilidad a 14 años.

Esto no es un dato menor. 

La inseguridad es un tema que pega fuerte en el votante, y los partidos que prometan soluciones contundentes –como ya vimos con algunos en 2023– podrían capitalizar este endurecimiento.

Si un candidato logra convencer de que tiene un plan firme, puede sumar puntos rápidos.

En segundo lugar, el tema de los planes sociales.

El apoyo a reformarlos creció del 68% al 72% en 2024. Esto refleja un hartazgo con el asistencialismo tal como está, pero ojo: el rechazo a recortar salud y educación sigue casi unánime.

Acá hay una señal clara para los candidatos. La gente quiere un Estado más eficiente, pero no a costa de los servicios esenciales.

Quien logre vender una reforma de planes sociales sin tocar hospitales ni escuelas podría conectar con ese 72% que pide cambios.

En cambio, propuestas como la dolarización, que en 2023 tenían algo de eco, hoy se desinflaron y solo prenden entre los libertarios más duros.

Malas noticias para los que apostaban por esa bandera.

Otro cambio que pinta el humor social es la confianza en las instituciones.

Las empresas privadas ganaron terreno (45% de confianza en 2024 vs. 42% en 2023), mientras que las públicas y el Estado en general se desplomaron. La confianza en el Estado cayó del 35% al 30%, un número que grita desencanto.

En un año electoral, esto puede ser dinamita: la bronca con lo público alimenta discursos antiestablishment.

Los candidatos que se presenten como "outsiders" o que apunten al "cambio radical" tienen un caldo de cultivo ideal para pescar votos en este descontento.

Por último, aunque menos electoral, la religiosidad también se movió.

La práctica religiosa diaria bajó del 30% al 27%, sobre todo entre los jóvenes (solo el 23% reza seguido).

Esto podría no definir una elección, pero sí marca un desafío para los partidos que suelen apelar a valores tradicionales: conectar con los menores de 30 será más complicado si la fe ya no es un pegamento tan fuerte.

¿Y entonces?

Estos datos nos dicen que el argentino de 2024 está más preocupado por la seguridad, más harto del Estado ineficiente y más exigente con las reformas.

En un año electoral, los candidatos que sepan leer este pulso –hablando de mano dura, ajustes inteligentes y confianza en lo privado– podrían llevarse la ventaja.

Pero cuidado: cualquier paso en falso, como tocar salud o educación, puede costar caro. La urna siempre castiga a quien no escucha.

Fuente: Cadena 3

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