El Gobierno, a través del Banco Central, se encuentra en una encrucijada clave: acumular reservas según lo pactado con el FMI y mantener la estabilidad económica. 

Las declaraciones de Bausili y Caputo, presidente del Banco Central y Ministro de Economía respectivamente, revelaron un enfoque claro. Ellos aseguran que no van a generar déficit fiscal, sino que se enfocan en un superávit fiscal y en mantener la cantidad de pesos en circulación controlada.  

Desde la oposición, las críticas apuntan a que el gobierno busca mantener un dólar artificialmente bajo para llegar a las elecciones sin contratiempos. Sin embargo, Caputo defiende su estrategia, argumentando que el compromiso principal es reducir la inflación, que aún se sitúa en un 1,6% en Buenos Aires.

El dilema se agrava al considerar que comprar reservas con pesos podría desajustar la economía. Caputo enfatiza que no se trata de ser electoralista, sino de cumplir con el compromiso de controlar la inflación, incluso a costa de enfriar la economía. 

Las nuevas medidas propuestas incluyen el pedido de préstamos de dólares, lo que permitirá que el Banco Central muestre un incremento en sus reservas, aunque estas sean prestadas. A su vez, el Tesoro podría solicitar dólares directamente al mercado, evitando que el Banco Central ceda reservas.

La situación se complica con un riesgo país elevado, que alcanza los 688 puntos. Esta estrategia busca evitar la emisión de pesos, pero plantea interrogantes sobre su efectividad a largo plazo y su impacto en la economía real.

En resumen, el gobierno reafirma su postura de no comprar reservas y de ajustar su política económica a la cantidad de pesos disponibles en el mercado. La lucha contra la inflación sigue siendo la prioridad, mientras se navega en un contexto económico incierto.

Fuente: Cadena 3