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POLITICA

8 de octubre de 2017

El peronismo quiere quitarle a Macri el reparto de $24.000 millones

La disputa es por el manejo de los Adelantos del Tesoro después de la elección del 22 de octubre. Cuatro economistas no K analizan tácticas para el peronismo. Y el Gobierno define cambios en el Consejo de la Magistratura.

La oposición quiere que el Gobierno pierda la facultad que han tenido todos los inquilinos de Olivos de disponer a su antojo de los beneficios de la Democracia ATeNiense, que se basa sobre el reparto de los ATN, que hoy son unos $24.000 millones de libre dispendio. El Ejecutivo responderá arrinconándola con proyectos de vergüenza ajena: reforma electoral y castigo al manejo político de la justicia. Olivos tomó nota de la agenda que le echará sobre el rostro la oposición apenas comience la nueva legislatura. Tendrá una fuerte impugnación a la facultades de asignación liberal de recursos y buscará arrebatarle los poderes que el Congreso le suele ceder al Ejecutivo en cada Presupuesto. La justificación es que Cambiemos es un gobierno de minoría y lo seguirá siendo. Por eso no puede usar la cesión de poder que le hace el Congreso, que se justificó siempre en que el Ejecutivo representaba una mayoría. Lo más notable de la minuta que preparan los economistas del peronismo del Congreso es que quieren quitarle al Gobierno la facultad de distribuir a su antojo, como hicieron todos quienes ocuparon la Casa Rosada, por ATN. Esos Aportes del Tesoro Nacional son hoy el 2% del total de la Coparticipación. El peronismo quiere que el Ministerio del Interior deje de elegir qué emergencias debe atender (esa es la razón de la existencia de los ATN) y distribuya esa plata según los mismos porcentajes que el resto de los impuestos de reparto.

Negociadores en las sombras

Es una audacia esto de terminar con la democracia ATeNiense, que nació a finales de la década de los años 80 para compensar los entuertos no resueltos en la ley de coparticipación, por ejemplo la omisión de un porcentaje para La Rioja. En aquellos años la leyenda atribuía ese olvido a que un negociador de la provincia de Carlos Menem se equivocó al pasar el papelito con el porcentaje que reclamaba. Hoy el gobierno de Cambiemos, de una generación que no vivió aquellas picardías de los finales del alfonsinismo, borró del nuevo presupuesto las partidas para pagar aquella gaffe a La Rioja. De ahí el reclamo que el 100 % de los ATN se sume al reparto entre las provincias. “No tenemos obligación legal de darle plata a La Rioja”, le dice hoy el Gobierno al peronismo del Congreso. “Que salga de una negociación legislativa entre las provincias”, les sugirieron desde las oficinas de Nicolás Dujovne. Es como decirle: La Rioja es de ustedes. Pedir que el Gobierno resigne repartir los ATN a su gusto es una mojadura de oreja a un gobierno que ya está cantando victoria por el resultado del 22 de octubre que aún así, admiten todos, no le alcanzará para ser mayoría en las Cámaras. Para eso el peronismo tiene un equipo de técnicos elaborando el documento que van a llevar a la negociación a la que ha prometido llamar el Gobierno después de las elecciones. Son cuatro economistas que responden a los peronistas no cristinistas de las dos Cámaras: Guillermo Michel (ex AFIP, asesor de Pichetto), Carlos Fernández (ex ministro de Economía, que asesora hoy a José Alperovich en el Senado), Germán Cervantes (ex Anses, cercano a Diego Bossio) y Pablo Paladino (ligado a Marco Lavagna, del Frente Renovador). Son los encargados de redactar la minuta de reclamos, algunos de los cuales ya se hablaron esta semana en el despacho de Miguel Pichetto -sede hoy de las operaciones del peronismo no cristinista- como blindar el fondeo del Banco Nación, o mejorar el porcentaje de los fondos del cheque que va a las provincias (el proyecto del oficialismo asigna el 70% al sistema previsional).

Arrinconar al peronismo con reforma política

Este ataque al bolsillo el Gobierno no tiene otra forma de enfrentarlo que desde el corazón, porque es minoría y eso no abre ningún monedero. Desde el corazón, el Gobierno dibuja el tramo de las sesiones extraordinarias. El primer round será después del 30 de noviembre, con la vieja legislatura, y contiene el presupuesto y quizás la ley de responsabilidad fiscal que acordaron Hacienda e Interior con todas las provincias y que las compromete a buenas prácticas de control del gasto. Es un prospecto que para algunos es ilusorio, tanto que repite promesas que hace años firman los gobernadores pero nunca cumplen. Por eso puede salir fácil antes de fin de año. El segundo tramo de extraordinarias, con el nuevo Congreso, coincidirá con el nuevo año y el Gobierno carga la agenda con temas canallas, para producir de alguna manera ese escenario en el cual el Gobierno aparece defendiendo lo nuevo y bueno, y el peronismo rechazando lo viejo y malo. Para eso hay dos tópicos ya anotados para echarles al rostro de los adversarios. Uno es el proyecto de reforma política con la imposición de urna, boleta, escrutinio, chip, o lo que sea, electrónico. Para Macri es una de las manías innegociables. Sus críticos más ácidos dicen que es una presión de amigos que están ligados al negocio tecnológico. Sus hermeneutas lo justifican en que el sistema electoral está desprestigiado y es un símbolo de la vieja política. Los normales dicen que esa vieja política es lo que hizo presidente a Macri.

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Y esmeril para los políticos en la Magistratura

El segundo proyecto cargado de ideología es el que prepara el Ministerio de Justicia para la miniserie Justicia 20-20 y es una reforma de la representación de estamentos en el Consejo de la Magistratura. Consiste en modificar de nuevo el número de representantes, para acercarse al equilibrio que pide la Constitución que lo creó. Para eso propondrán que aumenten los jueces y los abogados, equiparándolos con los delegados de la política que vienen del Congreso. La última reforma del peronismo modificó la primera integración y le dio más lugar a la política. El turno cristinista se dedicó, como los anteriores gobiernos peronistas, a demonizar a los abogados y a los jueces, acusándolos de corporativos e ilegítimos (salvo lo que la Casa de Gobierno bautizaba como Justicia Legítima). Ahora los políticos deberán buscar la manera de defender sus posiciones, aunque el proyecto no disminuye su representación. Jueces y abogados tendrán cuatro representantes, mientras que los políticos seguirán siendo seis. Para la Suprema Corte hay un regalo: que uno de los integrantes también lo sea del Consejo de la Magistratura. En el formato original el presidente de la Corte era también del Consejo, pero eran otros tiempos, los del unicato riojano que tenía a Carlos Menem a cargo del Ejecutivo; a Eduardo, del Senado y a Julio Nazareno, de la Corte: los tres habían sido socios del mismo estudio en su provincia y sus chapas de bronce figuraron juntas durante muchos años.

Sin feriado para nadie: convoca Macri

Estos pergeños son seguramente muchos más importantes que las pirotécnicas de campaña de unas elecciones con resultado cantado. Para eso Macri les está avisando a los principales de su gobierno -ministros de mesa chica, jefes legislativos, ojos masculinos y femeninos del Gabinete y campañólogos top- que no se tomen el fin de semana largo que viene. El lunes 16, que por traslado del ex día de la Raza es no laborable, los quiere a todos en una juntada de campaña, previa a las elecciones del domingo siguiente. Allí se conocerán los diseños de acción para después de las elecciones, y para ese lapso que comienza el lunes 23 y que termina en julio del año que viene, que es cuando el Gobierno podrá sacar leyes y hacer reformas. Después de julio, estaremos a un año del viernes de listas para las PASO presidenciales de 2019, y se empastará toda la maquinaria. Quien quiera diversión que aproveche este fin de semana, en el cual Macri dedicó tiempo al golf y a Obama, dos entretenimientos de Estado que vigiló el apoderadísimo José Torello en el Buenos Aires Golf. En ese trajín consultó sobre la conveniencia de aparecer esta noche en Corrientes.

El mejor amigo en emergencia

Sobre la raza, Macri dedicó un rato del viernes a recibir el informe de Ramón Puerta, embajador en España, que viajó de Madrid pocas horas después del estallido soberanista que ha puesto en vilo a ese país. Este informe contiene la sorpresa de todos los diplomáticos destacados en Madrid de que el gobierno de Mariano Rajoy nunca manifestó, hasta hace una semana, ninguna inquietud sobre el pseudoplebiscito del domingo pasado. “Por aquí pasan todos, ministros, empresarios, hasta Rajoy, y cuando uno les preguntaba sobre Cataluña te decían: ‘No es un problema’”, contaba hace algunas horas Puerta en su residencia de Madrid, adonde agasajó a la crema de la intelectualidad criolla que viajó a la feria Liber (feria profesional del libro). Ahora es un problemón de rebote, para la Argentina. La España de Rajoy es el país referente del gobierno de Macri en el mundo, que se relaciona con el PP desde sus comienzos en la política. Se dijo discípulo de la estrategia ganadora de Aznar, admiró al alcalde Ruiz Gallardón cuando era jefe porteño, y ha recibido gestos de Mariano Rajoy de amistad descomunal, como destrabar las importaciones de biodiesel. Tiene además a la Moncloa como gerente del buen fin del acuerdo Mercosur-UE, etc. Y sin decir agua va, todo el sistema Rajoy entra en emergencia. Hasta Aznar le sugirió que renuncie y llame de nuevo a elecciones. Lo mismo que le reclaman los soberanistas catalanes. Este cisco catalán es un pichón de cisne negro para Macri, porque tambalea su mejor amigo en el mundo. ¿Qué pasó? Faltan y sobran explicaciones. Puerta ensayó en su informe in voce del viernes a Macri un paralelismo de Rajoy con Menem: cuando estaban ante un problema, paraban la pelota en la confianza de que lo arreglaría el tiempo. Esa fórmula funciona casi siempre, sólo hay que tener paciencia y cuero duro. Pero hay veces y hay conflictos que el tiempo no alcanza para resolverlos. Algo había que hacer. Cataluña es uno de esos problemas.

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