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13 de junio de 2017

Científicos rosarinos desarrollan una leche de vaca rica en calcio y baja en lactosa

“El objetivo era desarrollar una metodología que se pueda aplicar en la casa, sin necesidad que haya una industria de por medio” afirma el doctor Alfredo Rigalli, director del Laboratorio de Biología Ósea.

Investigadores del Conicet-Rosario desarrollaron una leche de vaca, rica en calcio y reducida en lactosa, a través de un método natural y económico que utiliza cáscara de huevo y un conjunto de microorganismos llamados kéfir, alimento milenario procedente del Cáucaso, similar al yogur.

Los científicos del Conicet-Rosario, que lidera el doctor Alfredo Rigalli, director del Laboratorio de Biología Ósea de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) lograron una leche de vaca ideal: baja lactosa y alto calcio.

Según explicó Rigalli a Télam, un adulto “necesita incorporar diariamente, el equivalente al calcio contenido en un litro de leche”.

“Pero no todos ingieren estas cantidades, porque en la adultez se pierde el hábito de consumir lácteos, principal fuente de calcio, sumado a que algunas personas son intolerantes a la lactosa y tienden a evitarlos”, aclaró.
En ese contexto, es que Rigalli ideó un método para aumentar el contenido de calcio y disminuir la lactosa de la leche de vaca, para luego probar su efectividad en personas.

Para tal fin, el científico recurrió a “una técnica doméstica, empleando cáscara de huevo y un conjunto de microorganismos llamados kéfir”, un producto lácteo originario del Cáucaso, muy parecido al yogur.

Ese fue el ánimo de nuestro laboratorio: Desarrollar cosas que sean aplicables, de bajo costo y buen resultado”, explicó Rigalli.
Añadió que junto a su equipo de investigación, ya venía experimentando con la cáscara de huevo como fuente de calcio para la alimentación. “Pero para enriquecer la leche no era útil, porque es muy difícil de disolver. Entonces, el kéfir fue la solución”, remarcó.

“Estos microorganismos consumen la lactosa de la leche produciendo ácido láctico que a su vez tiene la capacidad de disolver la cáscara del huevo haciendo que el calcio pase a la bebida”, amplió.

“Con este tratamiento se logró bajar la lactosa en un 50 por ciento, y subir el calcio en otro 50 por ciento. Obtuvimos así una leche fortificada en calcio mediante un método natural y económico porque para eso utilizamos la cáscara de huevo”, destacó Rigalli.

Luego puso de manifiesto que al reducirse la lactosa a esos niveles, “numerosas personas que no pueden tomar leche por ser intolerantes a ese producto, se verán beneficiadas”.

A tal efecto, el equipo de investigación del doctor Rigalli, realizó pruebas en humanos para comprobar que el calcio que la leche había ganado, pudiera ser efectivamente absorbido por el intestino.

“Se hicieron pruebas con voluntarios, entre 15 y 20 personas sanas que trabajan en nuestro propio laboratorio”, reveló el investigador.

Detalló que “se compararon análisis de orina de voluntarios que bebieron leche sin tratar por un día, con otros que durante el mismo período, tomaron la bebida preparada con kéfir y cáscara de huevo”.

Los investigadores determinaron finalmente que “el cuerpo incorpora una mayor cantidad de calcio con la segunda opción”, aseguró el científico rosarino.

El calcio es un elemento fundamental en la dieta ya que interviene en la contracción muscular, la conducción nerviosa, la secreción de hormonas y la formación de los huesos entre otras funciones.

 

FUENTE: TELAM

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