LECHERIA
10 de diciembre de 2022
El dólar soja II detonó a la cadena láctea
La medida vigente hasta fin de año vuelve a perjudicar a la producción lechera. Industriales y productores reaccionaron con indignación. ¿Qué reclaman para amortiguar el impacto?
Tanto las cámaras que nuclean a las industrias lácteas argentinas, como las entidades de la Mesa de Enlace, reaccionaron negativamente al relanzamiento del “Dólar Soja II”, no tanto por lo que significa la medida que mejora el precio de los que aún poseen soja, sino por el impacto indirecto que esto tiene en la cadena de valor. Exigen que el Gobierno haga algo para evitar el colapso productivo y compensar rápidamente al eslabón primario.
“El Centro de la Industria Lechera (CIL), la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (APyMEL) y la Junta Intercooperativa de Productores de Leche (JIPL), expresamos nuestra profunda preocupación por los efectos negativos que tendrá sobre toda la cadena el reciente restablecimiento del Programa de Incremento Exportador, más conocido como ‘dólar soja’; el antecedente de su versión I -vigente durante septiembre pasado- nos demostró que habrá un inevitable impacto alcista sobre las cotizaciones promedio principalmente de la soja, pero también del maíz y de la mayoría de sus subproductos, y en definitiva sobre el costo de alimentación en el tambo. Un efecto similar se prevé en las renegociaciones de los contratos de alquiler de la tierra, muy frecuentes en nuestra actividad”, espetaron desde la industria en un comunicado conjunto.
Industrias, decepcionadas
Desde el eslabón industrial dicen que el Gobierno les pidió colaboración para firmar el acuerdo de Precios Justos pero ahora les lanza una medida que impacta en los costos de producción directamente, obligándolos a salir al rescate con mayor precio en la leche cruda que le compran al productor. Aducen que el Gobierno se olvidó que aquel programa “en su parte medular establece precios fijos durante el trimestre dic22-feb23 para los productos listados, y aumentos máximos del 4% mensual para el resto de las categorías”, algo que no podrán sostener si tienen que salir a pagar más cara la materia prima.
Además, “la persistente sequía invernal, que obligó a consumir anticipadamente las reservas forrajeras y a aumentar las compras de alimentos fuera del establecimiento en el intento de sostener los niveles de producción, pero incrementando los costos, fue seguida por una primavera sin mayores lluvias, lo que está consolidando el tercer año consecutivo en fase Niña. Sin leche, no hay productos”, expresaron desde las cámaras empresariales.
Todo esto preanuncia “un escenario 2023 con reservas más escasas, de menor calidad y a mayores costos, todo lo cual condiciona a la industria para mejorar aún más el precio al productor para intentar cubrir esos costos, a fin de sostenerlos en la actividad y evitar una caída más marcada en la oferta futura”.
Por todo esto, el CIL, APYMEL y la Junta Interccoperativa, concluyen: “Venimos advirtiendo sobre este cuadro crítico, que sin duda pone en riesgo la generación de materia prima en los próximos meses y en todos los perfiles de tambo, especialmente en los pequeños y medianos productores”. Así es que “reclamamos a los funcionarios acciones concretas tendientes a aliviar la difícil situación por la que atraviesa la producción primaria de leche, agravada por el relanzamiento del “dólar soja” y el encarecimiento de los alimentos balanceados y los alquileres de los campos.
Propuestas del eslabón primario
Desde las entidades de la Mesa de Enlace también se quejaron pero propusieron una batería de alternativas para morigerar el impacto y hacer concreta la inevitable ayuda que necesita el sector. Lo hicieron a través de una carta pública dirigida al secretario de Agricultura, Juan José Bahillo.
“La actividad lleva más de 13 meses en situación de quebranto, por una conjunción de factores, entre los que se encuentran el desmanejo de la macroeconomía, condiciones climáticas adversas que impactaron en las reservas forrajeras y en el volumen de producción, una debilitada señal de precios internacionales de los lácteos y un aumento relativo de los precios de los granos, fertilizantes y combustibles”, indicaron.
Proponen que “es necesario poder adecuar los anticipos del impuesto a las ganancias, al tiempo de que es improcedente mantener gravado al sector con derechos de exportación, incluidos los lácteos”.
También “se requieren líneas de financiamiento específicas para la actividad lechera, con el fin de poder afrontar los mayores costos generados por las condiciones climáticas adversas y de mercado. Hoy muchos productores tienen vedado el acceso al crédito y tienen tasas hasta un 20% más altas, a causa de la normativa del BCRA, siendo que contar con las reservas de esta oleaginosa resulta vital para mantener el negocio lechero en marcha”.
Además, los productores pidieron: “Desde el sector producción – industria debemos instrumentar un sistema de liquidación y pago semanal o quincenal (hoy es mensual) y al mismo tiempo fomentar el uso de la factura conformada para la transacción láctea; en estas circunstancias tan adversas, se requieren instrumentos que logren aliviar las pérdidas de todo el universo de productores”.
Finalmente, “es necesario el pleno cumplimiento de la Resolución 229/16 (formación del precio y aviso anticipado al productor)”, cuestiones que podrían ayudar a la previsibilidad de un negocio de alto riesgo financiero en un contexto de aumentos generalizados.
“Un error garrafal”
En la provincia de Santa Fe, el referente lechero de Coninagro, Javier De La Peña, afirmó: “Las mayores preocupaciones de los productores están dadas por el impacto climático tanto de heladas como sequía, que afectan principalmente las reservas que se deben hacer para el año que viene, también el incremento desmedido de precios de los insumos en general y en particular, los afectados por el dólar soja, que incluye el valor de los alquileres (porque se paga a valor de quintales de soja) y la presión tributaria, con anticipo de ganancias y otras cuestiones impositivas, tanto la posibilidad de acceso a líneas de crédito, como el bloqueo de cuentas corrientes”.
En términos concretos, De La Peña contó que “lo que se le está pidiendo al Gobierno es un Fondo de Compensación especial, una baja en los derechos de exportación (actualmente en 9% para la leche en polvo y 4,5% a los quesos), un financiamiento específico para el sector, en lo posible medido en litros de leche porque eso es lo que nosotros producimos, porque si no esto no se lleva adelante, vemos que la continuidad de las explotaciones lácteas está seriamente comprometida”.
Según su criterio, “en general los productores lo que ven mal son las medidas improvisadas, porque la lechería es una actividad que está programando su estrategia para los próximos tres años y no para el día de hoy, por eso las medidas como el dólar soja, que son improvisadas y pareciera que van a ser circunstanciales y después se vuelven a repetir, realmente desacomodan a los productores y les cambian los costos de producción; uno se pregunta, por qué las compensaciones no se pusieron antes de que salga la medida, y no después de que salió, eso fue un error grosero y garrafal (del Gobierno)”, enfatizó el tambero oriundo de Franck.
“Son medidas que no llegan”
Por parte de las cámaras industriales, el presidente de la Junta Intercooperativa de Productores de Leche, Danny Lorenzatti, también arremetió contra la medida oficial que perjudica a la cadena. “Es preocupante, porque en el ‘Soja I’ fue una medida que todos entendimos bajo ciertas circunstancias de urgencia para el país, en lo que es la macroeconomía, pero ya el ‘Soja II’ no lo entendemos, porque cada vez que se toma una medida de emergencia, se está perjudicando a algún sector, y pareciera que el Gobierno cae en una adicción con ciertas cosas”, opinó Lorenzatti.
“En definitiva, lo único concreto que sucedió con el ‘Soja i’ fue que se pudo vender la soja más cara, nada más, pero para los productores tamberos no hubo ningún beneficio yendo a la práctica de los anuncios”.
Además, “se vuelven a hablar de un montón de medidas que después no llegan al productor común y corriente, esos financiamientos que se lanzan terminan impactando en el 1% de los tamberos, por eso decimos, que las asistencias deben ser concretas, rápidas, efectivas, que impacten automáticamente empiece a regir la medida del dólar soja, para que las cosas sean justas y equitativas para el bien de todos”, se quejó el histórico referente cooperativista de Villa María.
El Gobierno había prometido evaluar una serie de medidas compensatorias para el sector, ni bien se lanzó el “dólar soja” y con la experiencia de saber a dónde estaban los segmentos sensibles en la lechería, pero los tiempos corren y nada se anunció en concreto todavía.
Fuente:Agro Clave
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