Tanto las cámaras que nuclean a las industrias lácteas argentinas, como las entidades de la Mesa de Enlace, reaccionaron negativamente al relanzamiento del “Dólar Soja II”, no tanto por lo que significa la medida que mejora el precio de los que aún poseen soja, sino por el impacto indirecto que esto tiene en la cadena de valor. Exigen que el Gobierno haga algo para evitar el colapso productivo y compensar rápidamente al eslabón primario.