Recientemente la prestigiosa revista ´Science´, ha publicado que en Japón y más concretamente en el Instituto de Tecnología de Kioto, un equipo científico ha descubierto una bacteria de la que no se tenía información y cuya peculiaridad es la de poder digerir y asimilar el plástico.
Es decir, se alimenta de uno de los plásticos derivados del petróleo conocido como PET, muy utilizado por la industria y donde destaca el sector del envasado y embalaje.
Debido al poco valor añadido, el plástico tiene una vida útil muy corta, siendo un modelo de usar y tirar que deja poco margen de error al planeta debido a su carácter no biodegradable.
El equipo de investigadores Kohei Oda y Shosuke Yoshida del Instituto Tecnológico de Kioto, recogieron 250 muestras en distintos lugares contaminados por el PET de una planta de reciclaje de botellas de plástico.
Todo con el objetivo de analizarlas en busca de microorganismos que pudieran hacer del plástico su alimentación y eliminar éste material derivado del petróleo fuera del medioambiente. Especialmente de las regiones costeras donde el plástico se va desmenuzando y convirtiéndose en microplástico.
Se estima que hay vertidos 150 millones de toneladas de plástico en los océanos. La gestión y proliferación del mismo sigue siendo un problema por no ser biodegradable, contribuyendo de manera muy activa y veloz en perjudicar en el entorno.
Sólo una de esas 250 muestras tomadas, poseía un conjunto de microbios que parecía poder desarrollarse en el medio de cultivo diseñado para ello por los científicos.
Los investigadores aseguran que a través de la microscopía reveló que ese consorcio que se formó en la película de PET contenida en el medio de cultivo, la que denominaron como número 46, contenía una mezcla de bacterias, células parecidas a las levaduras y protozoos, mientras que el fluido del medio de cultivo era prácticamente transparente, aseguran los investigadores.
Los científicos fueron capaces de aislar mediante disoluciones de aquella preparación 46, una nueva especie perteneciente al género Ideonella a la que bautizaron como Ideonella sakaiensis.
Las conclusiones del equipo a las que llegaron fueron que el PET se puede degradar a una velocidad de 0,13 miligramos por cada centímetro cuadrado y día a una temperatura de 30 grados, algo muy común en muchos lugares de la Tierra. Siendo contundentes en afirmar, que la bacteria es capaz de degradar de forma casi completa una fina película de PET en apenas 6 semanas a temperatura de 30 grados.
Pasos cortos pero alentadores y alternativos hacía la biorremediación, que es un área de desarrollo de la tecnología medioambiental, donde se aplican organismos vivos o partes de los mismos con el objetivo de limpiar contaminaciones.
¿Sabías que la tendencia actual señala que para el 2025 el océano albergará una tonelada de plástico por cada 3 toneladas de peces, y en el año 2050, habrá más plásticos que peces en el océano?
FUENTE: MITRE