Muchos casos positivos y muchos muertos: el dengue fue un tema central durante la última temporada estival en el país y en la región, con una cifra récord de contagios respecto de años anteriores, una cantidad inédita de decesos y un escenario climático que no admite optimismo respecto del futuro inmediato.
Dengue: la vacuna como herramienta y una esperanza que puede llegar de Brasil
La Argentina se "tropicaliza", coinciden voces expertas, y esta condición favorece la propagación del Aedes Aegypti, el mosquito que opera de vector para la transmisión de la enfermedad.
Ante este escenario se requieren respuestas integrales, con acciones coordinadas entre los gobiernos, concientización a la población sobre tareas de prevención, y educación en todos los niveles sobre las formas de evitar o al menos morigerar los efectos de una nueva epidemia.
En este marco, la vacuna se convierte en un elemento central y, ante la demora o indefinición de Nación en la provisión de esta profilaxis, varias provincias idearon sus propias campañas de inmunización. En el caso de Santa Fe, los detalles de la política que se llevará adelante desde agosto en esa materia serán anunciados este jueves.
Otros distritos, como Córdoba por ejemplo, anunciaron en las últimas horas su plan de acción.
El médico infectólogo y docente Hugo Pizzi fue uno de los 800 participantes de la presentación del plan cordobés que incluye la compra de 150.000 dosis del laboratorio japonés Takeda, la única vacuna disponible por estos días. Aunque hay una posibilidad de que esto también cambie en un futuro no muy lejano.
Pizzi explica cuál es la estrategia en su provincia, sin perder de vista que otras como Misiones, Corrientes, Salta, Tucumán y La Rioja, ya comenzaron a vacunar de acuerdo a los criterios definidos por cada gobierno local y su equipo sanitario.
"En Córdoba el objetivo está puesto en el personal de salud porque en la última epidemia el 25 % del equipo estaba enfermo", dice el especialista. La conclusión es que "si tenés a los que te cuidan con la salud afectada, baja la calidad de atención: hoy, en una sala de espera, son varias horas para recibir atención porque cada vez hay menos médicos y mayor demanda. Además, cada vez es más la gente de prepagas que se va al sistema oficial". Aunque, explica, la realidad es compleja en los dos subsistemas.
Dos claves
Por eso, la meta en la provincia mediterránea es tener a todo el personal de salud, público y privado, con la debida vacunación.
La segunda parte de esta primera etapa del plan consiste en inmunizar a todo aquel que padeció dengue y está comprobado que estuvo, como mínimo, 24 horas internado.
¿Por qué se presta especial tanta atención a quienes ya tuvieron dengue? "Porque es una enfermedad tropical rara, dinámica y exótica, transmitida por un mosquito africano", el Aedes Aegypti. Y el virus tiene cuatro presentaciones o serotipos.
En esa línea, si una persona tuvo dengue del serotipo 1 y, más adelante, otro mosquito le transmite el serotipo 2, el 3 o el 4, "se produce un choque de potenciación y puede tener un cuadro mucho más grave que el primero, al punto de resultar hemorrágico o mortal".
Si se habla de etapas es porque el número de personas que atravesaron la enfermedad creció de manera exponencial en los últimos años. Pizzi lo explica así: "Hace años, hubo casos aislados de dengue en viajeros, pero el primer brote epidemiológico fue en el año 1997 con la inundación de Tartagal (Salta). Desde ese día nunca dejó de crecer y hoy hay 600 mil argentinos que ya padecieron la enfermedad".
Si la situación se limitara a ese número, el panorama se podría abordar con determinadas directivas. Sin embargo, hay otros datos que preocupan: "Nuestros libros que están en todas las facultades de Medicina decían que el paralelo 42, que cruza las provincias de Río Negro y Neuquén, era una barrera infranqueable para vinchucas y mosquitos. Hoy eso se acabó, allí se pueden registrar 39°, hay casos de dengue y mosquitos en Bariloche y más al sur".
Entonces, "al tropicalizarnos por este efecto invernadero, vamos a tener todas las enfermedades típicas de esa condición, pero esta es la más peligrosa".
La vacuna es, como se dijo, una herramienta que requiere de dos dosis separadas por tres meses de diferencia entre la primera y la segunda, y garantiza inmunidad por 5 años. Pero tiene una contra: el costo.
"Algunas prepagas consideran que es más barato vacunar que internar a la persona y la proporciona de manera gratuita; otras cubren el 40 %, las obras sociales universitarias están evaluando qué van a hacer, y hay cadenas farmacéuticas que otorgan un 20 % de descuento. La gente aúna esos descuentos o hace el sacrificio porque está preocupada" por las razones que ya se explicaron: posible aumento de casos y riesgo de nuevo contagio.
Una novedad y varias estrategias
¿Y la esperanza? Llega de Brasil. "En el Instituto Butantan (San Pablo) están prácticamente en la etapa final de una vacuna que va a ser una solución para la región, porque cuando esté lista, va a tener un costo menor".
A propósito, algunos medios vienen informando que la producción en grandes cantidades podría estar disponible para el año próximo.
"Estamos constantemente en comunicación con científicos que trabajan en ese proyecto porque es una gran esperanza para la región que está muy empobrecida".
Claro que no todo termina en la vacuna: "Están las otras estrategias que vienen mal porque la gente sigue siendo indiferente".
En el Centro de Enfermedades Tropicales de la Universidad Nacional de Córdoba, "estamos enseñando a la gente cómo se usa la tela plástica que es maleable, se corta con una tijera y con cuatro abrojos se sostiene a la ventana o la puerta para que no entren los bichos. También les explicamos cómo se mantienen limpios los patios" para que el mosquito ya infectado no se reproduzca o, una vez que coloca sus huevos, estos no puedan eclosionar.
Otra estrategia que vuelve al interior de los hogares es el tul: "Por ejemplo, en Corrientes, observé que este material de bajo costo volvía a rodear las camas matrimoniales para evitar el paso de todo tipo de insectos".
Y en Córdoba, "cuando vimos que se empezaba a especular con el precio de los repelentes, llamamos a los centros vecinales y les sugerimos comprar la droga 'madre', el Deet, y junto profesionales que conozcan del tema, aprendan a diluirlo para lograr un producto de protección por 4 ó 6 horas, a bajo costo".
"Hay formas de defenderse pero hay mucha indiferencia", lamenta el médico. Y cita a Hipócrates, "el padre de la Medicina, cuando 350 años antes de Cristo decía, en uno de sus aforismos, que no hay peor elemento en una epidemia que un indiferente". Con una epidemia de resultados dramáticos y condiciones que anticipan un episodio similar para las próximas temporadas, al menos desde las provincias está claro que llegó la hora de actuar.
Fuente el litoral
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