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PANDEMIA

9 de septiembre de 2020

Cuánto ganan los profesionales de la salud que ponen cuerpo y alma en la lucha contra el coronavirus

Son integrantes del sector más expuesto en la pandemia. Cansancio y angustia van de la mano con salarios poco acordes a sus responsabilidades sociales.

El marcado ascenso de la curva de contagios de coronavirus en diversas regiones del país puso aún más sobre el tapete el denodado esfuerzo de los trabajadores de la salud argentinos, que no sólo exponen su salud física sino también la mental en pos de responderle a un sistema que a la hora de compensarlos -económicamente- les provoca más y peores dolores de cabeza.

En los últimos días la provincia de Santa Fe tuvo sus primeras dos víctimas fatales entre los trabajadores de la salud: un médico de San Lorenzo y otro de Esperanza. La enfermedad comenzó a afectar a la más importante pata de un sistema que intenta -con muchas limitaciones- contener un virus que acecha cada vez más. El cansancio físico y mental está dejando profundas huellas en ese sector que apuntala a la población en este momento tan crítico. En este marco, la gente comenzó a experimentar su enojo por las restricciones y a cuestionar al arco político en general, comparando los salarios que ganan, por ejemplo, los políticos, con los de médicos, enfermeros y todos los trabajadores de este sector que son los que le ponen piel y alma a la lucha cotidiana.

Para tener una idea de esos desequilibrios: un médico que recién ingresa a trabajar al sistema -es decir, sin antigüedad- que cobra adicionales específicos por su función en una guardia externa de tercer nivel gana entre 48 y 49 mil pesos mensuales.

"En la provincia tengo 24 horas semanales con 30 años de antigüedad y gao unos 50 mil pesos. El médico que recién empieza debe estar ganando poco más de 40 mil pesos de bolsillo", explica en números Sandra Maioarana, la titular de la Asociación de Médicos de la República Argentina (AMRA) a La Capital.

Si bien las comparaciones resultan odiosas, en la sociedad está instalada la idea de que los políticos no deberían ganar lo que ganan. Como ejemplo, basta indicar que un diputado nacional cobra entre 204 y 224 mil pesos mensuales y que el sueldo del presidente de la Nación, a noviembre de 2019, llegaba a los 268 mil pesos. Comparado con un médico, la diferencia es abismal. Sin embargo la lectura es otra.

Maiorana hace un análisis profundo cuando se le muestra esa grieta que hoy más que nunca enardece a la sociedad. Asegura que desde la década del 90 todas las profesiones que se dedican a trabajar para la gente fueron "desjerarquizadas". Enumera: "Salud, educación y seguridad. Somos los que menos cobramos, eso es muy llamativo. Hay actividades que ganan bien, como los choferes de colectivos o los camioneros. Y está bien que así sea. Pero nosotros también queremos ganar bien".

 

La titular de AMRA recordó el caso del diputado nacional José Núñez -de Juntos por el Cambio y quien dio positivo de coronavirus y decidió asistir en forma presencial a una sesión del Congreso- y reflexionó: "Me acordé y pensé que él no iba a salvar a nadie. No es porque no me importe su vida, todo lo contrario. Todos somos seres humanos y tenemos derecho a la vida. Lo que se me cruzó no fue lo que ganaba ese político. Nosotros ya tenemos dos médicos muertos. No lo digo por lo que gana, sino por la responsabilidad que tenemos respecto al resto. Los políticos deben ser servidores de la sociedad. Pero no me molesta que la gente gane más, que el político gane más, que el camionero gane más o que el colectivero gane más. Siento que en el gremio estoy para servir a la gente que represento, para ser su voz, no para vivir mejor. Pero quiero que se valore nuestra profesión y que nosotros ganemos más. Se dejó de ver al ser humano como alguien importante en la sociedad. En los 90' se pasó a darle importancia al mercado y la gente, y los que trabajamos para ellos, dejamos de ser importantes".

   

 

La mirada del Siprus

María Fernanda Boriotti, secretaria general del Sindicato de Profesionales Universitarios de la Sanidad de Santa Fe, también repasó números en diálogo con La Capital: "Un enfermero sin antigüedad puede estar en los 40 mil pesos mensuales de sueldo, un profesional de terapia intensiva o coronaria pueden andar en los 58 mil pesos, y un psicólogo o trabajador social que no cobra adicional por la pandemia debe rondar entre 40 y 47 mil pesos", recita casi de memoria.

"Acá lo que debe verse no es si hay gente que cobra más que nosotros. La comparación debe hacerse viendo lo despreciado que está el valor de nuestro trabajo", dice con énfasis y explica que ese desprecio en la Argentina lleva más de 40 años.

>> Leer más: Reclaman mejoras en los salarios de los trabajadores de la salud

"Este desprecio va en consonancia el deterioro de las políticas de salud. Cuando cada año tenés menos presupuesto para salud pública a nivel nacional y ves que se siguen políticas relacionadas a lo que manda el Banco Mundial, ajustar jubilaciones, ajustar esto y lo otro, todo se complica. El que no pueda acceder a cierto nivel caerá en una salud pobre para pobres. Y no es la concepción que hay que tener para garantizar un derecho humano como la salud", desmenuza su pensamiento.

La profesional de la salud explica que en la Argentina se gasta alrededor del 10 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) en salud pero que, de ese gasto, lo que se aplica a la salud pública no alcanza al 2,5 por ciento. "El resto es plata que sale del bolsillo de los trabajadores en coseguros, aportes de obra social, en medicamentos. Tendríamos que estar pensando en aumentar el presupuesto en salud Publica para que, de esa manera, haya mejores condiciones de trabajo y mejores salarios", observa.

Boriotti refuerza sus dichos recordando que en el marco de la pandemia en el país ya se registraron 110 fallecimientos entre los trabajadores de la salud y que hubo aproximadamente 28 mil contagios.

"En la Argentina todavía defendemos la universidad y la escuela pública, en algunas provincias. Pero nos han metido en la cabeza de que la salud es ir y pagar. Y el que tiene plata accede a mejores servicios de salud que el que no tiene. Pasa por el deterioro conceptual", se lamenta.

La secretaria general de Siprus revela que no era "muy optimista" respecto a que la pandemia permitiera abrir la discusión sobre sistemas de salud pública. "Pero en Europa volvió ese debate. ¿Por qué? Porque tienen pocos años de deterioro de los sistemas de salud garantizados por los Estados. En Inglaterra, en España, en Italia y otros países que miramos sostienen algunas políticas de Estado, como la educación gratuita y el sistema de salud. Eso no se toca, esté quien esté en el gobierno. A nosotros nos falta un gran trecho para eso y a la población en general le importa muy poco cuánto gana o qué problemas tiene un trabajador que no sea él mismo. Aplaudieron en marzo (a los profesionales de la salud) porque vieron que en Europa aplaudían y después se olvidaron. Ojalá se produzca un clic que nos permita a todos poder, más allá de las grietas que nos imponen, dar debates en beneficio de la población".

Fuente:La Capital

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