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31 de mayo de 2020

Los caminos de la oposición

Claves. Los buenos índices de imagen positiva que tiene el presidente y que se extiende a gobernadores peronistas exigirán inteligencia en Juntos por el Cambio y otras fuerzas. El silencio de Macri es insólito para un jefe opositor.

00:00 hs - Domingo 31 de Mayo de 2020

No son buenos momentos para la oposición al gobierno nacional. El coronavirus ha reforzado la imagen positiva del presidente de la Nación y mantiene en estado de zozobra al referente con mayor proyección electoral de Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta.

   El silencio estruendoso de Mauricio Macri (permítase el oxímoron) pone otra vez en evidencia las limitaciones del personaje que gobernó el país de muy mala manera entre 2015 y 2019. Hay tantas cosas para decir y, sin embargo, Macri no dice nada. Perfecciona su estilo con el bridge vía online.

   Alberto Fernández es lo que se ve: un componedor. Un mediador de partes en conflicto. Un presidente sin posibilidad de formar el fernandismo. “Lo intentó de entrada. Pero la orga del kirchnerismo no le permite avanzar. Y eso no habla mal de los kirchneristas, todo lo contrario. En un país donde todo es de hoy para mañana Máximo y compañía han logrado constituirse en lo único estable como organización política”, dijo el viernes a La Capital un todoterreno K. Casi hablando en tercera persona.

Macri marcó 0341

   Macri habló casi una hora por teléfono con un dirigente del PRO, que no es de los que aparecen en los medios. Está llevando adelante un ejercicio de construcción subterránea para evitar hablar ante los medios. Y tendría que hablar de cosas que no quiere. Por ejemplo, del espionaje ilegal a propios y extraños durante su gestión. Mejor no hablar de ciertas cosas, interpretaba Sumo.

   Macri es otro afortunado, beneficiado por los efectos mediáticos del coronavirus. De no haber sido por la peste y sus contextos, hoy el ex presidente podría estar recorriendo la escalinata de los Tribunales. “Alberto, mis causas siguen abiertas, mis hijos no pueden actuar a su nombre, y Macri sigue como si nada”, dicen que le dijo Cristina al presidente. Como efecto directo de esas palabras, la AFI se empezó a mover y Macri fue imputado por espionaje ilegal. No la va a pasar bien en el futuro. Al menos deberá ir en forma sostenida a Comodoro Py.

   Pero las circunstancias políticas, el contexto le permiten al ex jefe de Gobierno porteño disponer de una oportunidad más, en 2021, como candidato a diputado nacional. El mejor de Juntos por el Cambio, según las encuestas, no es él, sino que comparten el podio Rodríguez Larreta y Rogelio Frigerio, pero Macri va a intentar convertirse en jefe de la oposición por el 40% de los votos que logró en el ballottage.

   Al peronismo no le disgusta en absoluto que sea Macri el opositor. Hay una lectura parecida a la que hacía Néstor Kirchner en 2006. Aunque lo subieron tanto al ring que fue presidente, derrotando al insípido Daniel Scioli. Duró poco la experiencia macrista y será muy difícil que tenga reencarnación con los estropicios económicos que dejó.

   Sin embargo, en la política nativa no hay muertos, sólo desmayados. Habrá que esperar para saber si Macri representa fielmente esa cita. Cuesta creerlo. Hasta Jaime Durán Barba dice que “Macri ya fue”.

   Para Rodríguez Larreta es clave el desenlace de la pandemia. Y para que eso sea positivo necesita pegarse a Fernández como un imán de promoción de delivery en la heladera. Si le sale bien a Fernández le saldrá bien al jefe de Gobierno. Y tendrán futuro los dos. Uno como candidato a la reelección y el otro para disputarle la Presidencia.

   “Hay un problema ahí: Alberto y Horacio son bastante parecidos y tienen la misma matriz: el peronismo porteño. ¿Vos no te jugarías una fichita para que compartan un gobierno de unidad nacional?”, preguntó el informante. La política es el arte de lo posible.

   Rodríguez Larreta y Fernández podrían justificar la buena relación citando a Carl Schmidt: “Aunque el enemigo sea político no necesariamente tiene que ser un enemigo en la esfera de las relaciones individuales”.

El mapa santafesino

La oposición a Fernández tiene un dilema parecido al de la oposición santafesina a Omar Perotti: si no van todos juntos, lo “cocina” el peronismo. Y el ir “todos juntos” involucra al radicalismo, que no quiere saber nada con pelearse con Macri. Como decía Eduardo Angeloz, un caudillo radical cordobés: “Afuera, hace frío”. Una manera de justificar las decisiones pragmáticas y el apego a los cargos por encima de lo que reclamaban en aquellos tiempos los militantes radicales “que no bajaban las banderas”.

   El radicalismo se acostumbró a ir por detrás del PRO a nivel nacional, como en Santa Fe detrás de los socialistas. Alguno dirá que eso sucede porque no hay condiciones objetivas para poder ganar posiciones de poder, como sí sucede en Mendoza, Jujuy y Corrientes, entre otros estados. O en numerosísimas municipalidades y comunas de la provincia de Santa Fe. Para el 2023, nacionalmente, Rodríguez Larreta aparece en todas las agendas.

   En la UCR podría aparecer el nombre de Martín Lousteau, pero dio tantas volteretas políticas que no resulta confiable para muchos.

   Es más, habrá una decisión partidaria de mantener la alianza nacional con el PRO. Eso complicará a quienes quieren que en Santa Fe se reedite el Frente Progresista original. El que permitió desalojar del poder al PJ después de 24 años.

   Aunque con pandemia mediante parezca que Perotti asumió hace años, lleva menos de seis meses en la gestión. Se vendrá un relanzamiento poscoronavirus en su gabinete. Algunos miembros del staff ministerial quieren estar en una lista a diputado nacional.

   ¿Qué hará Perotti? Solo lo sabe la almohada rafaelina del piamontés. Que también es hermética.

 

fuente: la capital

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