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CORONAVIRUS

6 de mayo de 2020

Las horas más cruciales para el presidente

Hay un ambiente de flexibilización de la cuarentena en momentos en que se esperan las semanas con mayor riesgo de contagio.

16:00 hs - Miércoles 06 de Mayo de 2020

Se vienen los tiempos más difíciles para los gobernantes. Hay un ambiente de flexibilización de la cuarentena por la pandemia de coronavirus en momentos en que se esperan las semanas con mayor riesgo de contagio. La montaña no parece haber quedado atrás, puede estar adelante.

En los días que vienen Alberto Fernández deberá resolver dos cuestiones trascendentes para el presente y el futuro del país. Todo indica que el gobierno nacional apuesta a hacer más lábil la cuarentena, a flexibilizar y decidir la apertura de actividades que hasta aquí eran tranqueras con cadena. ¿Cómo dar la orden de salida sin que todo sea efecto boomerang? ¿Cómo evitar que el país se transforme en un viernes negro, como aquel en la puerta de los bancos? El propio presidente lo planteó hoy con con todas las letras.

Si Rosario está como está, con índices alentadores y con escasos episodios de coronavirus, no es por la acción de un repollo. Es porque la acción de los responsables de llevar adelante las políticas de salud y los protocolos estuvieron a la orden de las exigencias. Y porque la cuarentena no sufrió filtraciones.

Pero eso se terminará en las próximas horas en las grandes ciudades. En pueblos y ciudades pequeñas, la cuarentena flexibilizada ya ha comenzado. Omar Perotti y Pablo Javkin, no obstante, deberán analizar hasta quemarse las pestañas cómo deberá ser la salida de la cuarentena rígida. Y no deberán transigir. La salud es lo primero. Basta con ver las realidades de los campeones mundiales de la incorrección política en Estados Unidos, Brasil y el Reino Unido.

El deshielo de la cuarentena deberá ser merituado a la par del incremento de los testeos, con porcentajes bajísimos en todo el país si se comparan con el resto de América latina. Y ni hablar con los países centrales. Ahora bien, la pregunta clave es: ¿Hay que salir del aislamiento porque hay pocos contagios o hay pocos contagios porque el aislamiento fue exitoso? Si el aislamiento impidió la propagación en Rosario, por ejemplo, ¿salir de eso no es un oxímoron? Quien escribe es periodista político, no epidemiólogo. Simplemente formula interrogantes desde el sentido común.

En la ciudad de Buenos Aires hay mucho temor. Horacio Rodríguez Larreta debió acudir al gobierno nacional para testear la 31 y en la del Bajo flores. Allí, más se testea, peor es la realidad. El temor se expande porque pegado a la Villa 31 aparecen los barrios de Recoleta y Retiro, donde mora el ABC1 de la Capital Federal.

Pero no todos los problemas ni las expectativas están vinculados al Covid-19. Por quinta vez, el default empieza a rondar la economía argentina. Y aquí no hay dualidades: un país en default siempre está en emergencia. La marquesina actual, con índices negativos en todos los casos (inflación, dólar, riesgo país, pobreza, producción, salarios en baja y desempleo) sólo invita al desasosiego.

En el medio, el presidente debió soportar una crisis interna por el interminable correveidile respecto de las responsabilidades por la liberación de presos por corrupción y presos comunes. Esa cadena de responsabilidades dislocadas, donde el viceministro de Justicia actuó como si fuera la ministra del área, y donde se produjeron flagrantes ineptitudes no quedó en el olvido de Fernández. Una fuente con entrada diaria a la Casa Rosada le dijo a La Capital que habrá cambios en el gabinete cuando pase el temblor. Otro informante con oficina en el primer piso de Balcarce 50 fue lapidario: “De todo el gobierno, hay sólo cuatro tipos que saben ponerle nafta al auto. Es verdad que somos un gobierno porteñocéntrico lleno de hípsters. Pero ya va a cambiar”.

De todos esos laberintos deberá salir Fernández. Nadie, a esta altura de los acontecimientos, le va a pedir triunfos, y mucho menos por goleada. La economía y la salud empiezan a ser un subibaja que, ojalá, termine convertido en una barra de equilibrio.

 

 

fuente: la capital

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