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12 de abril de 2020

Las medidas paliativas para compensar los efectos negativos

En los últimos días, los principales gobiernos han anunciado planes fiscales para estimular la economía.

Sábado 11 de Abril de 2020

Además de las políticas comerciales, será también necesario el abordaje coordinado del resto de las medidas que los países están adoptando para compensar los efectos negativos de las restricciones físicas resultantes de las políticas de aislamiento social, y evitar que la crisis en la economía real se traslade al mundo financiero. El objetivo debe ser, nuevamente, evitar políticas discriminatorias de “empobrecer al vecino”, que puedan tener efectos nocivos en terceros países, facilitando al mismo tiempo mecanismos de ayuda y trato especial para los países más vulnerables y con menor capacidad de acción.

   En los últimos días, los principales gobiernos han anunciado planes fiscales para estimular la economía, como complemento a las políticas monetarias de recortes en las tasas de interés de referencia adoptadas por los Bancos Centrales, con el objetivo de contrarrestar el endurecimiento de las condiciones financieras y apoyar la demanda doméstica, amortiguando pérdidas de empresas y hogares. Estas respuestas han superado las expectativas en tamaño y amplitud, con un impulso fiscal que superará el adoptado durante la Crisis Financiera Global.

   En el caso de Estados Unidos, la Reserva Federal recortó la tasa de interés de referencia un punto hasta el rango del 0-0,25% y también inició un programa de compras ilimitadas de activos financieros, que busca canalizar fondos hacia las empresas y los mercados financieros. Esto podría inyectar alrededor de u$s 700.000 millones en la economía de dicho país. El Congreso estadounidense, por su parte, aprobó un paquete de estímulo económico de u$s 2,2 billones, con el objetivo de paliar la situación generada por la pandemia del coronavirus. El programa incluye la entrega de pagos directos únicos de u$s1.200 a la mayoría de los contribuyentes y mejorará sustancialmente los beneficios de desempleo. La medida también crea un programa de préstamos de u$s 500.000 millones para empresas, ciudades y Estados y un fondo de u$s 367.000 para pequeñas empresas.

   En el caso de Alemania, la Cámara baja aprobó el paquete de choque contra el coronavirus, con un volumen total de unos 750.000 millones de euros (u$s 813.000 millones). Esta propuesta equivale a casi el 22% del Producto Bruto Interno (PBI) alemán. Similares medidas se están tomando día a día en cada uno de los miembros de la Unión Europea.

   China busca elevar la inversión en infraestructura, con una ayuda de hasta 2.8 billones de yuanes (u$s 394.000 millones) en bonos especiales del gobierno local. También se ha dispuesto recortar la cantidad de efectivo que algunos bancos deben mantener como reservas, inyectando liquidez a su economía.

   Israel está preparando un paquete de estímulo de alrededor de u$s 22.400 millones para recuperar a su economía, después del cierre nacional relacionado con el coronavirus en el que casi un quinto de la población activa busca beneficios de desempleo.

   India anunció fondos por u$s 22.500 millones, con el objetivo de ayudar a millones de hogares de bajos recursos a enfrentar el confinamiento dispuesto de tres semanas. El paquete se gestionará mediante medidas de seguridad alimentaria para hogares pobres y transferencias directas de efectivo.

   Japón se ha comprometido a lanzar paquete de estímulo de al menos u$s 137.000 millones, financiados en parte por bonos para cubrir déficits.

   Más allá de estos esfuerzos, la política doméstica será insuficiente para alterar la larga y persistente salida de capitales que están enfrentando las economías emergentes. Como se expresó, una aproximación global será también aquí necesaria, y la mirada se vuelve sobre el FMI. Desde el organismo, se señaló que se está participando en sobrevigilancia multilateral y bilateral de la crisis. También se ha activado el fondo de catástrofes para ayudar a los países más pobres, al tiempo que se reiteró que el FMI está listo con una capacidad de préstamo de un billón de dólares.

   Pero para dar respuesta a los más de 80 países que han solicitado el apoyo de las instituciones financieras internacionales, el G20 debe actuar cuanto antes.

   Hasta el momento, los países miembro han indicado que están inyectando en la economía “más de cinco billones de dólares” a través de medidas fiscales y de garantías económicas, limitándose a solicitar a los ministros de Finanzas y a los gobernadores de los bancos centrales de los países del G20 que coordinen un plan de acción en respuesta al Covid-19.

¿Aislamiento o coordinación?

   Yuval Noah Harari12 señala que la humanidad se encuentra entre dos opciones como respuesta a la crisis: el aislamiento nacionalista o la solidaridad global. Tanto la epidemia como la crisis económica resultante son problemas mundiales, que solo pueden resolverse de manera efectiva mediante la cooperación. Esta es vital en el frente económico, ya que, si cada gobierno toma medidas sin tener en cuenta a los demás, el resultado será un agravamiento de la situación y una crisis más profunda. Por eso es necesario un plan de acción global de manera urgente.

   El G20 puede -y debe-liderar el proceso de manejo de la crisis. La experiencia pasada debe servir de lección, especialmente en materia comercial. Los líderes globales deben llamar rápidamente a esfuerzos concretos, como sucedió en 2008, para evitar que los esfuerzos individuales nos lleven a un peor lugar del que podríamos estar. El desafío es mayúsculo. La profundidad de la crisis económica y la velocidad de la recuperación dependen de ello.

 Más allá de estos esfuerzos, la política doméstica será insuficiente para alterar la larga y persistente salida de capitales que están enfrentando las economías emergentes. Como se expresó, una aproximación global será también aquí necesaria, y la mirada se vuelve sobre el FMI. Desde el organismo, se señaló que se está participando en sobrevigilancia multilateral y bilateral de la crisis. También se ha activado el fondo de catástrofes para ayudar a los países más pobres, al tiempo que se reiteró que el FMI está listo con una capacidad de préstamo de un billón de dólares.

   Pero para dar respuesta a los más de 80 países que han solicitado el apoyo de las instituciones financieras internacionales, el G20 debe actuar cuanto antes.

   Hasta el momento, los países miembro han indicado que están inyectando en la economía “más de cinco billones de dólares” a través de medidas fiscales y de garantías económicas, limitándose a solicitar a los ministros de Finanzas y a los gobernadores de los bancos centrales de los países del G20 que coordinen un plan de acción en respuesta al Covid-19.

¿Aislamiento o coordinación?

Yuval Noah Harari señala que la humanidad se encuentra entre dos opciones como respuesta a la crisis: el aislamiento nacionalista o la solidaridad global. Tanto la epidemia como la crisis económica resultante son problemas mundiales, que solo pueden resolverse de manera efectiva mediante la cooperación. Esta es vital en el frente económico, ya que, si cada gobierno toma medidas sin tener en cuenta a los demás, el resultado será un agravamiento de la situación y una crisis más profunda. Por eso es necesario un plan de acción global de manera urgente.

   El G20 puede -y debe-liderar el proceso de manejo de la crisis. La experiencia pasada debe servir de lección, especialmente en materia comercial. Los líderes globales deben llamar rápidamente a esfuerzos concretos, como sucedió en 2008, para evitar que los esfuerzos individuales nos lleven a un peor lugar del que podríamos estar. El desafío es mayúsculo. La profundidad de la crisis económica y la velocidad de la recuperación dependen de ello.

 

fuente: la capital

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