La imagen que eligió para darle marco a esta entrevista no es casual. Una imponente vista nocturna de la ciudad, con la avenida Blas Parera teñida del blanco de las luces LED, se destaca detrás del intendente José Corral. Es la pelea que está dando desde hace 4 meses, cuando un día de fines de abril pateó el tablero, rescindió el convenio con la EPE por la Cuota de Alumbrado Público (CAP) y encendió el ventilador... Sueldos elevadísimos, ineficiencia y falta de transparencia y control se sumaron a los temas de su agenda diaria.

Esta semana presentó una propuesta para poner fin a la discusión sobre cuánto consume Santa Fe: iluminar toda la ciudad con tecnología LED, incorporando el moderno sistema inteligente de telegestión automático que permite recabar información en tiempo real y disminuir el consumo a la mitad. Un primer paso para convertir a Santa Fe en una smart city.

— ¿Cree que va a terminar su mandato el año próximo con toda la ciudad con luces LED?

— Es posible, siempre que el Concejo nos autorice y nos pongamos de acuerdo con la EPE en cómo calcular el consumo, la factura y la disminución por el ahorro que producen las LED. Tenemos que establecer un mecanismo, que comenzamos en la única reunión que hubo con la empresa; no estamos tan lejos pero evidentemente hay una diferencia entre lo que dice la EPE que consumimos y lo que calculamos nosotros, en esta transición que va a llevar sólo algunos meses hasta tener la telemedición automática completa de todas las luces de la ciudad. Soy optimista de que lo vamos a lograr.

— ¿La telegestión tiene un costo elevado?

— Es absolutamente menor respecto al costo del artefacto que ya viene preparado para colocar la antena. Eso, además, al estar en el alumbrado público, transforma la ciudad en una red de datos que no sólo puede transmitir lo que consume esa lámpara, sino el tránsito, el clima, el estacionamiento. Cada 600 luminarias se coloca un artefacto más grande que es el que junta toda la información, eso permite ir a smart cities, a una ciudad inteligente. También permite bajar y subir la intensidad de las luces, lo cual hace disminuir un 20 % más del 50 % que, de movida, ya ahorra este sistema.

— Pasaron varios meses de la decisión que tomó de eliminar la CAP y aún no hay acuerdo ¿No cree que molestó la falta de consenso previo al anuncio de la medida en una conferencia de prensa?

— Hace 5 años que venimos con este tema y con respuestas muy insatisfactorias por parte de la empresa, consideramos que es resultado de una falta de diálogo por parte de la empresa, no de una decisión unilateral nuestra que teníamos derecho de tomar porque un convenio consiste en un acuerdo de ambas partes. En 2013, después de un viaje que hicimos a China específicamente por el tema de alumbrado público, le encomendamos a la Facultad de Ciencias Económicas de la UNL que formulara un proyecto de inversión para el recambio a LED del alumbrado público, pero advertimos una dificultad: como la EPE cobraba la CAP, el ahorro lo iban a tener ellos, por tanto tenían que hacer la inversión. Lo intentamos, hasta lo hablé con el gobernador, y nunca conseguimos la más mínima atención.

— ¿Qué lectura hace de la reacción de la empresa y del propio gobierno provincial? ¿Por qué escaló tanto este conflicto?

— Evidentemente pusimos el tema en la agenda del gobernador, que no lo tenía. Le veníamos planteando que antes de ocuparse de la Reforma Constitucional y de su posible reelección era mucho más urgente ocuparse de la seguridad, las tarifas y, concretamente, de la EPE porque hay mucho para hacer en la empresa para bajar el gasto. Hacemos un buen balance de la decisión que tomamos de poner arriba de la mesa el tema de la eficiencia y la transparencia de la EPE, que comenzó con la eliminación de la CAP de la factura para ayudar a los vecinos, pero que tuvo un efecto mucho mayor porque trajo la discusión de los sueldos de los funcionarios, ciertos privilegios de la empresa, la falta de transparencia y de rendición de cuentas, porque es una empresa que no tiene órgano de control. La EPE tiene que modernizarse y probablemente la resistencia a ese cambio necesario sea lo que genere ese malestar con nosotros. Es un tema que trascendió la ciudad, se discute en toda la provincia y estamos orgullosos de haber generado esa discusión, que ya ha logrado transformaciones concretas: primero, se están transparentando los sueldos de los directivos; segundo, el gobernador estableció un tope; tercero, este incremento del costo mayorista de Nación no va a ser aprovechado para nuevos aumentos en los otros costos de la empresa. Pero estamos seguros de que la empresa puede hacer esfuerzos mucho mayores que los que ha hecho y debería plantear un plan de austeridad y eficiencia para ver cómo, de aquí en adelante, baja sus costos de distribución y, por lo tanto, absorbe los futuros incrementos o, si no los hay, puede ir bajando la tarifa.

— Esta semana resolvió hacer los pagos en una escribanía...

— Como la EPE no vino a buscar los cheques, esta semana hicimos un pago en consignación en una escribanía, son casi $ 7,5 millones por mes que no están tan lejos de los más de $ 10 millones que ellos plantean. Porque nosotros queremos mostrar no sólo que tenemos voluntad de pago, sino que hemos producido ahorros de gastos de funcionamiento, porque eso sale del rubro de funcionamiento (gasoil, librería,etc.). Así como nosotros rascamos la olla para producir ahorros, creemos que la empresa también lo puede hacer, más todavía.

Futuro político

— El año pasado le dio mayor protagonismo en el gabinete a algunas mujeres ¿Las va a tener en cuenta para intentar retener la ciudad en las elecciones del año próximo?

— A mí me motiva cumplir con este período de gestión, y con lo que nos propusimos: oportunidades para los jóvenes, mejorar la infraestructura en el borde de la ciudad, nuevos espacios de desarrollo para los emprendedores. A quienes estamos en gestión, la gente nos valora por los resultados, no estamos pensando en las listas sino en cómo mejorar la gestión, ahí está incluso la clave del resultado electoral, aunque no sea con mi persona, si la gestión es evaluada positivamente y hay un rumbo claro de la ciudad y un optimismo respecto al rumbo, los santafesinos nos van a elegir, por eso nuestra principal energía tiene que estar puesta en hacer bien nuestro trabajo todos los días.

— Hace unas semanas Mario Barletta dijo que quería ser candidato a gobernador y Elisa Carrió salió a respaldarlo ¿Por qué cree que lo dijo? ¿Cómo está la relación con él?

— Bien, estamos hablando. Respeto mucho las opiniones de todos, más a Mario que trabajamos y pertenecemos a un proyecto común y tenemos una mirada muy parecida de la ciudad, la provincia y el país. También a Lilita con quien tengo más diferencias porque somos de diferentes partidos pero también respeto.

No me parecieron hechas en un momento adecuado, porque la gente no quiere escuchar hablar de candidaturas con los problemas que tiene el país, y con los que tiene Santa Fe con las tarifas, la seguridad y el narcotráfico, por eso no me pareció bueno, tan tempranamente, empezar a hablar de candidaturas, pero todos tienen derecho a hacerlo. Por eso quizás no causaron tanta repercusión.

— ¿Cree que su candidatura a gobernador va a salir del consenso en Cambiemos o de una interna?

— Nunca dije que iba a ser candidato y no me parece que sea el momento para hablar de eso.

— Se dice en todos lados y usted está recorriendo la Provincia...

— Pero no hay ninguna decisión tomada.

— Cambio la pregunta, entonces. ¿Cree que el candidato a gobernador de Cambiemos va a salir de una lista de unidad o por internas?

— Sería mejor una lista de consenso de Cambiemos, que se está construyendo en la provincia, que sobre todo dé respuestas a los temas que, con sus luces y sus sombras, el socialismo no pudo resolver, concretamente la seguridad, un plan de obras para la provincia de la situación hídrica; la educación, que no está bien en Santa Fe; y desplegar las potencialidades productivas, que supone ser más eficientes, bajar impuestos, y una serie de cosas que hay que hacer. Por supuesto que si no encontramos una fórmula de consenso está la herramienta de las Paso, que la ley admite, pero creo que hay que intentar tener una herramienta común.

“Borrachera de corrupción”

“Es extraordinario lo que está pasando en el país, me parece muy sano porque tenemos la posibilidad de dejar atrás esa corrupción que tiene una larga historia en el país pero que en el período kirchnerista tuvo su máxima expresión, una verdadera borrachera de la corrupción. La obra pública como herramienta de corrupción y de recaudación significa cloacas que nos faltan, desagües que no tenemos, puentes que no se hicieron. Por algo este gobierno, con la misma o menos plata, está haciendo más obras, basta mirar los costos de las licitaciones de Vialidad. O nosotros como gobierno local, a veces nos preguntan cómo podemos con el propio presupuesto municipal hacer tantas obras, y la explicación es porque las licitaciones son transparentes, a Santa Fe vienen muchas empresas de afuera, cuando uno mira quiénes hacen obras en la ciudad de Santa Fe, hay una rotación enorme porque gana el que presenta un mejor precio y todos saben que las reglas de juego son claras y transparentes. Pero para el país es una oportunidad extraordinaria porque buena parte de la explicación de por qué tenemos pobres en el país, por qué no logramos encaminar el desarrollo, es porque no logramos encaminar la corrupción.

— ¿Santa Fe podría tener un coletazo de lo que pasó con la obra pública a nivel nacional, con empresas de Santa Fe?

— La ciudad de Santa Fe, puedo afirmar con toda convicción que no. Insisto: tenemos todas las reglas de transparencia y de multiplicidad de oferentes, incluso cuando uno mira los precios. Por el contrario, creo que a las empresas que hacen bien las cosas en las ciudades como Santa Fe son una gran noticia porque el país se estaba perdiendo obras y dinero, además de estas prácticas que ensucian todo porque tampoco ganan las empresas más competitivas que puedan hacer mejor el trabajo. Cuando las reglas no son claras ganan los más vivos.