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PERGAMINO

10 de noviembre de 2020

Con ironía, un entomólogo del INTA pide prestadas hectáreas para hacer ensayos por un fallo judicial

En el 60% del predio del INTA no se pueden aplicar herbicidas, insecticidas ni fertilizantes por una decisión de la Justicia. Muchos técnicos tuvieron que empezar de cero ensayos que llevaban cinco años.

En los campos que están a 1.095 metros del área urbana de Pergamino no se pueden aplicar agroquímicos por un fallo del juez federal Carlos Villafuerte Russo. En el caso de las pulverizaciones aéreas la prohibición es de 3.000 metros.

Esta decisión de la Justicia, que se conoció en abril del año pasado, tiene una consecuencia relativamente desconocida: obligó a muchos técnicos del INTA Pergamino a comenzar de cero los ensayos que venían realizando en la parte del predio, que está sobre la ruta 32, que quedó afectada por las restricciones.

El ingeniero Mariano Luna, entomólogo y experto en aplicaciones de fitosanitarios, quizás es quien lo expresó con mayor ironía en Twitter este domingo cuando pidió un rincón del campo a los productores de la zona para poder continuar con sus ensayos de manejo integrado de plagas y aplicaciones. También ofreció mudarse a alguna agencia del INTA en Córdoba.

“Lo dije en tono irónico, pero entre ayer y hoy me llamaron varios productores del norte de Buenos Aires y hasta un productor del sur cordobés me ofreció 20 hectáreas para hacer ensayos”, le contó Luna a Clarín Rural.

El contexto es que las autoridades del INTA Pergamino presentaron a la Justicia un programa de aplicaciones mínimas -con manejo agroecológico- para utilizar en las hectáreas afectadas por las restricciones de la estación experimental.

Los ensayos son fundamentales para generar el conocimiento que permite evolucionar hacia una agricultura más eficiente y sustentable.

 

Los ensayos son fundamentales para generar el conocimiento que permite evolucionar hacia una agricultura más eficiente y sustentable.

Los cultivos que se siembran son importantes para financiar el funcionamiento del INTA Pergamino y al no poder aplicar herbicidas, insecticidas y fertilizantes el manejo se complica y los rindes son muy inferiores.

La soja es un buen ejemplo. El año pasado, en el sector con restricciones, cuando pasó la cosechadora los rendimientos oscilaron cerca de los 3.000 kilos por hectárea. En los lotes con mayor aplicación de tecnología treparon a los 5.000 kilos por hectárea. Fue una campaña con baja presión de plagas y enfermedades, pero la gran diferencia fueron las malezas.

El otro punto clave es la investigación. En la zona que hay restricciones Luna y muchos técnicos tenían ensayos de cinco años, que tuvieron que “resetear” a cero en las parcelas que están en el 40% del predio en el que se puede aplicar la tecnología agrícola.

Las restricciones en el predio del INTA tienen que ver con la presencia de un jardín maternal, al que van los hijos de los empleados de la experimental y también de las personas que trabajan en el Parque Industrial de Pergamino, y con una sede de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (Unnoba).

Otro foco de tensión en la provincia de Buenos Aires es el partido de Tandil. Allí también hay un fallo vigente que podría afectar un área de 417.000 hectáreas, con restricciones de 500 metros para aplicaciones terrestres y de 2.000 metros para las áreas.

Este último fallo no sólo toma en cuenta la cercanía del perímetro urbano y las escuelas rurales, también considera la proximidad de cursos de agua, lo que amplía significativamente el área con restricciones.


Fuente:Clarin

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