Anoche, en un discurso de aceptación largamente esperado y luego de un día de festejos a lo largo de todo el país de sus seguidores, Joe Biden y su vice Kamala Harris se subieron a un estrado en Wilmington, Delaware. Biden fue directo al punto. “El pueblo de esta nación ha hablado, nos ha dado una clara victoria, una victoria convincente, una victoria para nosotros, el pueblo”, dijo. “Hemos ganado con el mayor número de votos en la historia de la nación”, añadió. “74 millones”, de sufragios. Acto seguido, envió un mensaje de unidad nacional y conciliación. “Me siento honrado por la confianza que han depositado en mí. Prometo ser un presidente que buscará no dividir, sino unificar, que no ve estados republicanos y estados demócratas, todo lo que ve es Estados Unidos”, dijo Biden.

Continuó diciendo que estaba sorprendido por la celebración vista durante todo el día en las calles del país llamándola una “efusión de alegría, de esperanza, fe renovada en el mañana para traer otro día”. Les dijo luego a los docentes que tendrán a uno de ellos en la Casa Blanca, su esposa Jill. “Jill es una madre, una educadora. Ha dedicado su vida a la educación, pero la enseñanza no es sólo lo que ella hace. Es lo que es. Para los educadores norteamericanos, este es un gran día para ustedes. Tendrán uno de los suyos en la Casa Blanca. Y Jill será una gran primera dama”, dijo Biden.

   Sobre la división de la sociedad, dijo que era hora de que ambas partes “se escucharan de nuevo”. “Es hora de dejar de lado la retórica dura, bajar la temperatura, volver a vernos, volver a escucharnos, y para progresar, tenemos que dejar de tratar a nuestros oponentes como nuestros enemigos”. No son nuestros enemigos. Son norteamericanos”, dijo Biden. Continuó: “La Biblia nos dice que para todo hay una estación, un tiempo para construir, un tiempo para cosechar, un tiempo para sembrar y un tiempo para curar. Este es el tiempo para sanar en Estados Unidos”.

   El presidente electo sabía desde hace tiempo que le tocará enfrentar la peor crisis de salud en la historia estadounidense, y las dolorosas repercusiones económicas que ha tenido.

Obstáculos

Ahora tendrá que gobernar con un Senado que puede quedar en manos republicanas, una Cámara de Representantes con menos demócratas y una ciudadanía que incluye a más de 70 millones que hubieran preferido que Donald Trump siguiera siendo presidente.

   Y queda clarísimo que Trump, quien asegura que hubo fraude en su contra, no cooperará. En Estados Unidos, el gobierno saliente siempre coopera estrechamente con el entrante, aun siendo de partidos opuestos. Esta vez sería diferente.

   La máxima prioridad de Biden en las 10 semanas que quedan hasta la fecha de traspaso, el 20 de enero, será armar su equipo de gobierno y preparar una respuesta nacional al coronavirus. Mañana ya habrá novedades en este tema. Lo más probable es que Biden anuncie sus máximos asesores para la pandemia, entre ellos los secretarios del Tesoro y de Salud, y el director del Consejo Nacional de Economía, según fuentes del equipo de transición.

   Biden, quien fue durante 36 años senador y ocho años vicepresidente, conoce muy bien la maquinaria de gobierno, y está rodeado de asesores que también ostentan un profundo entendimiento de las instituciones públicas. “El equipo de Biden es el más experimentado, el más preparado, el más dedicado en toda la historia de Estados Unidos, lo que va acorde con los enormes retos que tendrá que enfrentar’’, estimó David Marchick, director del Centro de Transición Presidencial de la Asociación para el Servicio Público, una organización apartidaria. El centro asesora a candidatos sobre la transición del poder.

   Un miembro del equipo de Biden que probablemente tendrá un cargo alto es Ron Klain, quien fue jefe de despacho del ex vicepresidente. Klain encabezó al equipo del gobierno encargado de responder al brote de ébola en 2014. Fuentes allegadas indican que Biden armará uno de los gabinetes más diversos en la historia del país, y desde ya ha recibido presiones. Jim Clyburn, representante demócrata cuyo respaldo le dio impulso a la candidatura de Biden, reclamó un cargo en el gabinete para un congresista de su equipo.

   La transición en realidad comenzó meses antes de las elecciones y solo se intensificó en los tres días en que se prolongó el conteo de votos. Biden tendrá que designar a más de 4.000 funcionarios políticos, incluyendo más de 1.200 que requieren confirmación en el Senado.

Fuente:La Capital